¡Cómo me gustaría desearle feliz 2026!

¡Cómo me gustaría desearle feliz 2026!

Estoy reprimiendo las enormes ganas de desear que de verdad el 2026 sea un año de felicidad, salud y prosperidad para usted y para los suyos.

 

No es pesimismo, como suele decirse, es realismo.

 

Porque las próximas 52 semanas, como estas últimas, no estarán ausentes de carencias que la Administración de la señora Claudia Sheinbaum ha sido y será incapaz de satisfacer.

 

Para algunos habrá un respiro durante un mes que los enajenará de sus muchos problemas durante la celebración del campeonato futbolero, aunque no tengan empleo, aunque sobrevivan en la precaria informalidad.

 

Aunque ellos y sus enfermos no consigan citas médicas, ni medicamentos, ni curaciones, ni cirugías porque el sistema público de salud está roto desde 2019 y así continuará los próximos 365 días.

 

Aunque usted haya perdido a un ser querido porque lo hayan desaparecido, ejecutado, masacrado porque los encargados de la seguridad atacan a ciertos grupos delincuenciales, mientras se convierten en cómplices de otros.

 

Aunque la suma de todas las deficiencias de estas administraciones morenistas sigan sin dar mantenimiento a carreteras, caminos, calles ¡y hasta tramos de los nuevos ferrocarriles!

 

Aunque desde las mentiñeras insistan en decir que todo va okey, que viene lo mejor --¿a ver cuándo?--, y sigan enojándose y regañando casi maternalmente con la chancla a medios de comunicación y periodistas porque desde el poder no quieren que usted se entere de lo que la terca realidad muestra que sucede en el país.

 

Eso sí. Para el 2026 que inicia dentro de unas horas ¡deseo que no pierda la esperanza, porque como bien escribió el manco de Lepanto –Miguel de Cervantes Saavedra, para quienes “estudian” en las universidades del Bienestar--: “donde una puerta se cierra, otra se abre”.

 

Y la puerta de la 4T ya abrió de par en par a la inconformidad.

 

*  *  *

 

Urge que el ministro presidente de la SCJN del acordeón, el mestizo Hugo Aguilar Ortiz, se presente otra vez ante aquellos a quienes supuestamente convenció de las bondades del Transístmico Oaxaca – Veracruz.

 

Porque las comunidades indígenas del Istmo no han cesado de acusar anomalías en los trabajos de rehabilitación del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec, donde este domingo 13 personas fallecieron y 98 quedaron heridas, y señalaron entre las empresas responsables a Grupo La Peninsular, Grupo Diamante y COMSA, entre otras.

 

Don Hugo ya recibió un jalón de orejas desde la misma sede de la ONU, donde se señaló que las consultas de los megaproyectos Tren Maya y Corredor Interoceánico, no cumplieron los estándares internacionales de derechos humanos. Pero aún así se le premió con una toga ribeteada de coloridas florecitas.

 

Esas mismas comunidades indígenas, por si fuera poco, acaban de señalar el cúmulo de anomalías que, tras el descarrilamiento de unos de sus trenes el domingo reciente, ni la Guardia Nacional, ni las brigadas de auxilio inmediato cumplieron a tiempo con sus tareas y que, además, los servicios médicos del IMSS, IMSS Bienestar e ISSSTE carecían, para no variar, de insumos y medicamentos para atender a los heridos, muchos de ellos de gravedad.

 

¡Regrese al Istmo, don Hugo!

 

¡Ojalá no lo lapiden!

 

*  *  *

 

Cuando las aeronaves inician el descenso hacia una de las pistas del moderno y funcional aeropuerto de Tocumen quedan a la vista varias decenas de barcos cargueros esperando turno para ingresar por las esclusas de Cocoli al histórico Canal de Panamá.

 

A ello pretendía hacerle competencia AMLO, quien tras uno de sus múltiples sueños de opio imaginó que su fallido ferrocarril en el Istmo de Tehuantepec les quitaría clientela a los panameños.

 

Y aunque desde el principio se le dijo que muchas empresas se lo pensarían más de dos veces antes de intentar cruzar sus mercancías por esa vía, pues tendrían que descargar sus contenedores en Salina Cruz, transportarlos a las plataformas de los trenes, y repetir a la inversa la misma operación en Coatzacoalcos, el tabasqueño hizo realidad su sueño. Incosteable, a todas luces.

 

Si la construcción de un ferrocarril por la serranía de Oaxaca no la llevaron a cabo los sucesivos gobiernos federales a partir del de Porfirio Díaz fue por la alta sismicidad de la zona, que descoloca las vías. ¡Imagínese cuando están mal hechas!

 

Por eso el Transístmico no funciona para carga.

 

Ahora tampoco para pasajeros, pues ni los más valientes se atreverán a abordarlo.

 

Más dinero de los contribuyentes robado y tirado a la basura.

 

En Panamá, mientras tanto, habrá quien siga burlándose de la “ideota” de AMLO.

 

*  *  *

 

Con su venia, nos reencontraremos aquí el viernes 2 de enero. Y le reitero: no pierda las esperanzas, más temprano que tarde todo va a cambiar para mejorar.


 

@AndySKBrown1


 

* Pseudónimo bajo el que se redactan informaciones aportadas por los colaboradores y lectores del portal Índice Político.