Un estudio desarrollado por la Universidad de California en Berkeley y la organización sin fines de lucro Proyecto Ceti reveló que los cachalotes podrían poseer un sistema de comunicación vocal sorprendentemente similar al lenguaje humano. Mediante inteligencia artificial, el equipo analizó los chasquidos emitidos por estos cetáceos y encontró patrones acústicos comparables a las vocales del habla humana, incluyendo la posibilidad de diptongos.
La investigación fue publicada en la revista científica Open Mind el 2 de noviembre de 2025 y se centró en el análisis de secuencias de clics —combinaciones específicas de sonidos— que utilizan los cachalotes, como los registrados frente a las costas de Dominica, en el mar Caribe. A diferencia de estudios anteriores que interpretaron estos sonidos como un código Morse animal, este nuevo enfoque sugiere un alfabeto vocalizado con una estructura compleja y con posible significado intencional.
Los investigadores emplearon redes generativas antagónicas (GAN), un modelo de aprendizaje automático que permite a las computadoras identificar patrones y aprender sistemas de comunicación a partir de los datos. "Las GAN pueden descubrir palabras y estructuras con significado", explicó Gašper Beguš, autor principal del estudio. "Nos preguntamos si podrían hacer lo mismo con las ballenas".
Entre los hallazgos más relevantes se encuentra que los cachalotes producen sonidos con variaciones en frecuencia, duración y trayectoria, características también presentes en las vocales humanas. Esto indicaría que dichos sonidos no son aleatorios, sino producidos con intención y reconocidos por otros individuos.
Además de su valor científico, el estudio plantea implicaciones éticas. Beguš señaló que este tipo de hallazgos podrían contribuir a un replanteamiento legal y moral sobre la relación entre humanos y otras especies: "¿Qué significa esto para el derecho? Esta investigación podría abrir el camino a un replanteamiento de las distinciones éticas y jurídicas que separan a humanos y animales".
En un contexto complementario, OceanWide Expeditions refuerza la singularidad acústica de los cachalotes. Frente a las costas del norte de Noruega se registró el nivel de presión sonora más alto jamás producido por un animal: un solo chasquido alcanzó los 235 decibelios, equivalente a escuchar el cohete Saturno V a un metro de distancia. Esta grabación apoya la hipótesis conocida como "Big Bang", que sugiere que los cachalotes podrían aturdir o incluso matar a sus presas usando solo el sonido. (Notipress)