Pese a crisis sociales, violencia y guerras, estos países apuntan al Mundial 2026

Pese a crisis sociales, violencia y guerras, estos países apuntan al Mundial 2026

Foto: FreePik

El camino hacia el Mundial 2026 ha estado marcado no solo por lo deportivo, sino también por la resiliencia de varias naciones que, pese a atravesar profundas crisis sociales, políticas y hasta conflictos armados, lograron asegurar su presencia en la mayor cita del futbol.

 

Haití, considerada la nación más pobre de América, no asistía a un Mundial desde 1974. Su clasificación adquiere una dimensión histórica, especialmente porque el país vive una grave inestabilidad desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021.

 

 

La violencia de las pandillas, la fragilidad institucional y la ausencia de seguridad obligaron a la selección haitiana a disputar sus partidos de eliminatoria en Curazao, lejos de su gente y de su propio territorio. Aun así, el equipo logró imponerse en la última jornada ante Nicaragua, asegurando un cupo que muchos consideraban improbable. Su presencia en 2026 se interpreta como un respiro simbólico para un país urgido de buenas noticias.

 

Otro caso significativo es Irán, cuya selección ha tenido que competir mientras el país atraviesa tensiones sociales y políticas internas, incluidas protestas masivas y presiones internacionales. A pesar de este entorno incierto, el equipo logró consolidar su participación mundialista, reafirmando su tradición futbolística en Asia.

 

 

En el repechaje también aparecen países que viven situaciones delicadas. La República Democrática del Congo continúa marcada por conflictos armados en varias regiones del país, con desplazamientos masivos y crisis humanitarias que afectan la vida cotidiana de millones. Aun así, su selección mantiene la esperanza de obtener un cupo mundialista que sirva como punto de unión nacional.

 

Irak, con un largo historial de tensiones internas y desafíos derivados de años de inestabilidad política y seguridad frágil, busca también la clasificación final a través del repechaje.

 

 

Lo mismo ocurre con Ucrania, cuya realidad está atravesada por el conflicto bélico generado por la operación militar rusa desde 2022. En medio de una guerra prolongada, el futbol ha funcionado como un refugio y un símbolo de resistencia para los ucranianos.

 

El Mundial 2026 no solo reunirá a los mejores equipos, sino también a selecciones que representan historias de lucha y superación más allá de la cancha. Su presencia recordará que, incluso entre crisis, el futbol sigue siendo un lenguaje universal capaz de unir, inspirar y dar esperanza.

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