El vudú en el Nigeria vs Congo y los casos más surreales en partidos de futbol

El vudú en el Nigeria vs Congo y los casos más surreales en partidos de futbol

Foto: Freepik

En el futbol, un deporte que genera pasiones desbordadas, las situaciones surrealistas no son raras. A lo largo de la historia, se han dado momentos que parecen sacados de una película de suspenso o incluso de terror. Entre ellos destaca el insólito caso de vudú señalado por el entrenador de Nigeria en un partido clasificatorio para el Mundial de 2026, cuando acusó a un rival de utilizar prácticas místicas para influir en el rendimiento de su equipo. 

 

 

 

Otro de los episodios más recientes ocurrió durante las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial de 2018, cuando un grupo de chamanes peruanos fue contratado para "neutralizar" la influencia de Neymar, la estrella de la selección de Brasil, antes de un partido entre ambos equipos en Lima. 

 

 

 

Se dice que los chamanes hicieron rituales y sacrificios cerca del estadio para "proteger" a la selección peruana y debilitar a su rival. Aunque no se comprobó que el acto tuviera efecto en el campo, la historia trascendió y se convirtió en un tema de conversación que mezcla la superstición con la competitividad.

 

Un caso aún más sorprendente ocurrió en África, durante un partido entre equipos de Camerún y Guinea Ecuatorial en 1997. En pleno encuentro, el jugador camerunés, Benjamin Massing, fue perseguido por los rivales, quienes lo acusaban de estar bajo el influjo de un hechizo. Se decía que Massing había sido víctima de un acto de brujería antes del partido y, como resultado, los jugadores de Guinea Ecuatorial trataron de "liberarlo" de los supuestos efectos sobrenaturales.

 

Otro momento histórico de surrealismo en el futbol fue el famoso incidente de los bidones durante el Mundial de Italia 90, en el partido entre Argentina y Brasil. En un encuentro marcado por la intensidad y la rivalidad, Argentina acusó a Brasil de haber colocado líquidos en los bidones de agua que presuntamente alteraban el rendimiento físico de los jugadores. 

 

El árbitro, al descubrir la denuncia, confiscó los bidones, pero la controversia no terminó allí. Aunque nunca se comprobó si existía algún tipo de truco, la situación dejó una sombra de duda sobre el fair play en ese partido tan crucial.

 

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