El número de víctimas mortales en la megaoperación de las fuerzas de seguridad contra el crimen organizado realizada este martes en la ciudad brasileña de Río de Janeiro (sureste) subió a 64, mientras que más de 100 personas fueron detenidas, informó el Gobierno de Brasil.
De acuerdo con la Agencia Brasil, entre los fallecidos hay cuatro agentes de policía: dos de la Civil y dos del Batallón de Operaciones Especiales de la Militar, en tanto que otros nueve resultaron heridos.
Se trata de la operación de las fuerzas de seguridad más letal de la historia del estado, que movilizó a más de 2.500 agentes de las policías Civil y Militar en las favelas Complexo do Alemão y Complexo do Penha, en la zona norte de la ciudad y que juntas tienen 26 comunidades, reductos del narcotráfico.
Río de Janeiro: la redada policial más letal de su historia con 64 muertos
— InfoSon (@InfoSon1) October 29, 2025
Una operación de 2 500 efectivos y 32 blindados en la zona norte de Río de Janeiro deja 64 muertos, marca trágica en el enfrentamiento entre fuerzas del orden y la banda Comando Vermelho (Comando Rojo).… pic.twitter.com/Pqlz3NdYOk
Entre los detenidos figura un presunto líder del Comando Vermelho señalado como responsable de la violencia en el conjunto de favelas conocido como Chapadão.
"Hasta el momento, se han incautado más de 75 fusiles, además de pistolas y granadas", según Agencia Brasil.
En Río de Janeiro, la segunda mayor ciudad de Brasil después de Sao Paulo, se buscaba cumplir mandatos de prisión contra miembros del Comando Vermelho, la principal facción criminal de la urbe.
Por su parte, el gobernador de Río de Janeiro, Cláudio Castro, calificó la operación como una respuesta del Estado al "narcoterrorismo" y afirmó que el objetivo es frenar la expansión territorial de la organización criminal, que ha incrementado su presencia en varios barrios de la capital y municipios vecinos.
"Río de Janeiro está solo; esta situación excede nuestras competencias. Ya debería existir una integración con las fuerzas federales", agregó.
Como represalia a la operación, bandidos bloquearon varias partes de Río de Janeiro con barricadas, incendios y colocando autobuses en medio de las calles, provocando largos atascos.
La operación movilizó helicópteros, drones, 32 vehículos blindados, 12 unidades de demolición y ambulancias. Participan agentes de la Coordinadora de Recursos Especiales, de delegaciones especializadas, de la Policía Militar y del Comando de Operaciones Especiales.