Aunque la Constitución estadounidense prohíbe un tercer mandato presidencial, la figura de Donald Trump sigue al centro de discusiones sobre su posible regreso al poder. Esta semana, el mandatario descartó postularse en 2028, incluso bajo fórmulas indirectas sugeridas por algunos aliados, como asumir una vicepresidencia para luego reemplazar al titular.
En declaraciones del 27 de octubre, Trump mencionó al Partido Republicano y sus figuras destacadas, entre ellas Marco Rubio y JD Vance, a quienes describió como personas con cualidades sobresalientes. El presidente señaló al vicepresidente Vance como una figura sólida, mientras Rubio, presente durante la conversación, también representa una opción fuerte dentro del partido. Añadió que, si ambos trabajaran en conjunto, formarían un equipo difícil de superar, y sostuvo no creer que muchos se atreverían a competir contra ellos. Finalmente, expresó sentirse respaldado por sus niveles actuales en las encuestas, los cuales —según dijo— son los mejores obtenidos hasta ahora.
La Enmienda 22 de la Constitución establece la prohibición de elegir a una misma persona como presidente en más de dos ocasiones. Algunos simpatizantes han sugerido una opción distinta: integrar una fórmula como vicepresidente y asumir el cargo en caso de una eventual renuncia del titular. Esta posibilidad continúa sin definiciones legales claras y genera debate en sectores jurídicos.
Igualmente, en lugar de apoyar esas propuestas, el presidente centró su atención en líderes actuales de su gabinete. J.D. Vance, vicepresidente en funciones, y Marco Rubio, secretario de Estado, fueron señalados como perfiles con capacidad para encabezar una candidatura futura. Durante el acto, Rubio respondió a la mención con una sonrisa y bajó la cabeza, mientras asintió al oír el nombre de Vance.
El contenido de estas declaraciones coincidió con una gira diplomática por Japón, donde Trump inició el lunes 27 de octubre una serie de reuniones bilaterales. En la agenda figuran encuentros con el emperador Naruhito, la primera ministra Sanae Takaichi y altos representantes empresariales. Está previsto también un acto oficial a bordo del portaaviones USS George Washington.
Además, en el plano económico, ambos gobiernos mantienen negociaciones en sectores clave. Las exportaciones automotrices japonesas a Estados Unidos cayeron 24% interanual en septiembre, mientras las importaciones están sujetas a un arancel del 15%. Trump tiene programadas reuniones con ejecutivos de Toyota y otras empresas industriales.
Por otro lado, en materia energética, Washington busca reducir la dependencia japonesa de recursos provenientes de Rusia. También propone integrar a Tokio en proyectos conjuntos, entre ellos un gasoducto en Alaska y mayores volúmenes de gas natural licuado importado desde Estados Unidos. En julio, ambos gobiernos anunciaron una inversión japonesa de 550.000 millones de dólares, con entre 1 y 2% de capital directo, y el resto cubierto mediante préstamos y garantías.
Finalmente, en referencia a la mandataria japonesa, Trump indicó haber escuchado opiniones favorables sobre su gestión, destacando su relación con el ex primer ministro Shinzo Abe. (NotiPress)