A medida que se acerca Halloween, una festividad que combina disfraces, dulces y tradiciones, surge la preocupación del peligro que enfrentan los perros y gatos negros. Estos animales, lejos de ser portadores de mala suerte o criaturas diabólicas, son víctimas de mitos infundados que los convierten en blanco de maltrato, abandono e incluso crueles rituales.
Uno de los mitos más arraigados es que los gatos y perros negros traen mala suerte. Esta superstición, que se remonta a la Edad Media, asociaba el color negro con lo desconocido o maligno, especialmente a los gatos, vistos como compañeros de brujas.
Sin embargo, no hay evidencia científica que sustente esta creencia. Cruzar el camino de un gato negro o convivir con un perro de este color no tiene ninguna influencia en la fortuna de una persona.
Otra mentira extendida es que los animales negros son diabólicos. En el imaginario popular, se les ha vinculado con la brujería o fuerzas sobrenaturales, alimentando la idea de que son mascotas del diablo. Esta percepción, basada en folklore y no en hechos, ha generado temor y rechazo hacia estos animales, que en realidad son tan cariñosos y leales como cualquier otro.
Asimismo, se les acusa injustamente de ser más agresivos. Estudios de organizaciones demuestran que el comportamiento de un perro o gato depende de su raza, crianza y entorno, no de su color. Los animales negros son igual de dóciles y afectuosos, pero enfrentan tasas de adopción más bajas debido a estos prejuicios.
En Halloween, estas falsas creencias alcanzan un punto crítico. Los perros y gatos negros son más propensos a ser maltratados, abandonados o, en casos extremos, utilizados en actos crueles como sacrificios rituales.
Incluso, refugios de animales reportan un aumento en la adopción de estos animales justo antes de la festividad, seguido de un abandono masivo, lo que sugiere que algunos los buscan con malas intenciones. Frente a esta situación, asociaciones protectoras de animales y activistas hacen un llamado a la sociedad para derribar estos mitos.
Adoptar un perro o gato negro no solo salva una vida, sino que también enriquece los hogares con su lealtad y cariño. En este Halloween, la invitación es clara, rechazar las supersticiones, promoviendo la adopción responsable y protegiendo a estos compañeros de cuatro patas.