
El avance en la implementación de vehículos autónomos en Europa ha dejado abiertas nuevas preguntas sobre el impacto estructural de esta tecnología. La reciente alianza entre el fabricante Stellantis y la empresa china Pony AI para desarrollar robotaxis eléctricos destinados al mercado europeo reaviva el debate sobre el papel que tendrán los conductores humanos en el futuro del transporte urbano.
En el acuerdo, anunciado en octubre de 2025, establece que el modelo Peugeot e-Traveller será utilizado como base para vehículos autónomos en pruebas piloto que comenzarán en Luxemburgo en los próximos meses, con planes de expansión a otras ciudades europeas a partir de 2026. Pony.ai, que ya recibió la autorización regulatoria para operar en el país, integrará su software de conducción en la plataforma de furgonetas eléctricas de Stellantis.
Hasta el momento, ni Stellantis ni Pony IA han detallado planes sobre reconversión laboral o medidas compensatorias para sectores afectados. Sin embargo,la implementación de vehículos sin conductor no solo tiene implicaciones técnicas, sino también sociales y económicas.
Luxemburgo, elegido como sede inicial para las pruebas, se posiciona como pionero al autorizar operaciones con vehículos autónomos. Sin embargo, su tamaño y densidad urbana presentan condiciones muy distintas a las de ciudades más complejas como París, Madrid o Berlín, donde la transición requerirá ajustes normativos, tecnológicos y laborales más profundos.
A la fecha, el despliegue de robotaxi ha sido limitado a corredores controlados o condiciones específicas. Pero con alianzas como la de Stellantis y Pony AI se acelera la posibilidad de incorporar estos vehículos al tránsito cotidiano. (Notipress)