
Un estudio realizado en Jerusalén evidenció cómo el 77% de las mujeres sometidas a mamografías reportó dolor durante el procedimiento, y un 34% lo calificó como severo. La investigación, publicada en el Journal of Pain and Symptom Management, identificó que el malestar puede condicionar la continuidad en los programas de detección de cáncer de mama.
El análisis se realizó con 399 pacientes en dos centros médicos de Jerusalén, mediante una encuesta posterior al examen. El dolor se resolvió en un 67% de los casos antes de los 10 minutos posteriores a la prueba. Aun así, un 12% manifestó que esta experiencia podría afectar su disposición para acudir a futuras revisiones.
Según el estudio, "una minoría sustancial de mujeres reconoció que la experiencia de su mamografía generó reacciones que pueden obstaculizar la adhesión futura". La molestia, explican los autores, se relaciona principalmente con la compresión mamaria necesaria para obtener imágenes de alta calidad, pero no todos los casos reflejan el mismo nivel de sensibilidad.
Desde el punto de vista clínico, la mamografía sigue siendo el método principal para detectar de forma temprana el cáncer de mama. "La gran mayoría de los cánceres de mama se detectan de esta manera, por lo tanto, la mamografía es el método de referencia", declaró Kelli Ha, radióloga del Hospital Houston Methodist.
No obstante, ante la experiencia dolorosa, algunas pacientes optan por una ecografía mamaria. Esta técnica no utiliza radiación ni requiere compresión, lo cual reduce el malestar. "La ecografía mamaria utiliza ondas sónicas para visualizar el tejido mamario", explicó Ha. También precisó que "no es necesario comprimir la mama para esta prueba".
Pese a ello, ambos métodos no son intercambiables. "Ambos pueden complementarse bien, pero no son intercambiables", afirmó la especialista. La ecografía suele emplearse como técnica complementaria en casos específicos, especialmente en presencia de tejido mamario denso o hallazgos anómalos en la mamografía inicial.
Además, el estudio observó menos del 5% de mujeres con dolor moderado o severo manifestó interés por recibir analgesia preventiva en exámenes futuros. Esto indica una molestia frecuente, aunque pocas pacientes recurren a soluciones farmacológicas antes del procedimiento.
Igualmente, en hallazgo adicional muestra que solo el 51% recibió información previa sobre el procedimiento, y un 61% anticipó que podría resultar doloroso. Para los autores, estos datos sugieren la necesidad de reforzar el acompañamiento previo y posterior al examen.
Ambas fuentes coinciden en cómo la mamografía debe mantenerse como estudio principal para mujeres a partir de los 40 años, incluso en quienes presentan molestias. La ecografía mamaria, aunque útil en ciertos contextos, no reemplaza su capacidad diagnóstica inicial. (NotiPress)