EU revoca visas a más de 50 funcionarios mexicanos

EU revoca visas a más de 50 funcionarios mexicanos

Foto: Notipress, FreePik

La reciente revocación de visas a más de 50 políticos y funcionarios mexicanos por parte del gobierno de Estados Unidos abrió un nuevo frente de tensión bilateral, no solo por su alcance diplomático, sino por las implicaciones políticas y personales que conlleva para los afectados, incluso sin pruebas públicas ni acusaciones formales.

 

Hasta ahora, sólo cuatro funcionarios han admitido haber perdido el acceso a territorio estadounidense, entre ellos la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, quien negó cualquier vínculo con el crimen organizado. Sin embargo, fuentes citadas por la agencia Reuters señalan que las cancelaciones serían mucho más amplias y afectan a figuras tanto de Morena como de otros partidos.

 

"El uso de la política de visas como herramienta diplomática no tiene precedentes en esta magnitud", declaró Tony Wayne, exembajador estadounidense en México. El procedimiento, que no requiere notificación al país de origen, puede ejecutarse en cualquier momento bajo el argumento de "seguridad nacional" o "actividades contrarias al interés de Estados Unidos", como corrupción o presuntos vínculos con el narcotráfico.

 

En México, la revocación de una visa puede tener efectos más allá del plano migratorio. A pesar de tratarse de un trámite personal, en el entorno político representa una señal pública de sospecha. En los hechos, puede generar aislamiento, pérdida de legitimidad o afectación en la carrera política, aun sin juicio, expediente ni investigación oficial abierta.

 

El impacto también se manifiesta en los silencios. Según reportes periodísticos, varios legisladores de Morena habrían sido advertidos de posibles restricciones migratorias, pero optaron por no confirmar su situación para evitar daño reputacional. La presidenta Claudia Sheinbaum declaró no contar con información oficial al respecto, y explicó que el gobierno estadounidense no comunica estos procedimientos por tratarse de asuntos individuales.

 

"No se ha notificado al gobierno mexicano. Son procesos de ellos con personas específicas", dijo en conferencia de prensa.

 

Dentro de este contexto, el silencio puede operar como una forma de defensa política, pero también como un reflejo del poder simbólico que representa el visado estadounidense dentro del sistema político mexicano. Pérdidas de acceso a Washington, cancelaciones de reuniones o restricción para viajar a eventos internacionales son efectos colaterales que pueden modificar la dinámica de alianzas, influencias o candidaturas.

 

Desde Washington, la acción forma parte de una estrategia más amplia de presión diplomática contra el crimen organizado, según un funcionario del Departamento de Estado. El exembajador Christopher Landau, identificado con este enfoque, ha utilizado el término "El Quitavisas" para describir su política exterior frente a actores considerados problemáticos.

 

Aunque no se han publicado listas oficiales, el antecedente sienta un precedente en el que una acción administrativa migratoria se convierte en un mensaje político, sin necesidad de pruebas judiciales. Esto plantea preguntas sobre la delgada línea entre cooperación en seguridad y soberanía diplomática, en un contexto donde los efectos, aunque silenciosos, pueden ser definitivos. (Notipress)

 

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