
Desde el año 2000, al menos 63 premios Nobel en física, química y medicina emigraron del país donde nacieron antes de recibir el galardón. El análisis, publicado por la revista científica Nature, reveló que más del 30% de los laureados en ciencias cambiaron de país en algún momento de sus carreras, lo cual resalta el papel clave de la movilidad internacional en el desarrollo científico.
El destino más común entre estos científicos fue Estados Unidos, donde residían 41 de ellos cuando se les otorgó el premio. Solo el 70% de los 202 ganadores totales en estas disciplinas permanecían en su país natal al momento de ser reconocidos por la Academia Sueca, según el estudio. La tendencia incluye a recientes galardonados como Michel Devoret y John Clarke, nacidos en Francia y Reino Unido, respectivamente, pero radicados en Estados Unidos al momento del premio.
Entre los ganadores de química de 2025 se encuentra Omar Yaghi, primer Nobel de Ciencias nacido en Jordania, hoy residente en Estados Unidos. Otro ejemplo es Richard Robson, nacido en el Reino Unido y actualmente con base en Australia.
"La movilidad beneficia a todos. Cada recién llegado aporta ideas nuevas, técnicas innovadoras y diferentes maneras de abordar viejos problemas", afirmó el físico Andre Geim, Nobel de Física en 2010, quien trabajó en Rusia, Dinamarca, Países Bajos y el Reino Unido. "Si te quedas quieto toda la vida, te pierdes la mitad del juego", añadió.
Según Ina Ganguli, economista de la Universidad de Massachusetts Amherst, "el talento puede nacer en cualquier lugar, pero las oportunidades no". Esto explicaría la histórica emigración de científicos en busca de condiciones de investigación favorables, como en los casos de Albert Einstein y Marie Curie.
No obstante, el análisis de Nature surge en un contexto donde los obstáculos a la migración científica se están endureciendo. Estados Unidos ha implementado restricciones migratorias y recortes presupuestarios para investigación científica durante el mandato del presidente Donald Trump. La política actual incluye un cobro de 100.000 dólares por solicitud de visa H-1B, utilizada por científicos extranjeros considerando los premios científicos internacionales.
También Australia, Japón y el Reino Unido han reducido el cupo o financiamiento para estudiantes internacionales. Frente a estas medidas, países como Francia, Canadá, Corea del Sur y la Unión Europea promueven programas e incentivos económicos para atraer investigadores provenientes de Estados Unidos.
En términos de disciplina, la física concentra la mayor proporción de ganadores extranjeros en lo que va del siglo (37%), seguida por química (33%) y medicina (23%). Según Caroline Wagner, experta en política científica de la Universidad Estatal de Ohio, la diferencia se debe a la alta dependencia de la física de equipos costosos que solo existen en ciertos países.
El futuro de la distribución geográfica del premio Nobel sigue siendo incierto. "La gente inteligente se dispersa. ¿Pero recrearán esa magia? Es una pregunta abierta", afirmó Wagner, quien advierte que los efectos de las restricciones actuales solo se harán visibles a largo plazo. (Notipress)