En el debate sobre cirugías estéticas impulsado por casos trágicos como el de Paloma Nicole, las “tandas de cirugías plásticas” salen a relucir como una manera accesible de financiamiento para procedimientos estéticos.
Este modelo informal, inspirado en las tradicionales “tandas” de ahorro mexicano, ha sido criticado por su falta de regulación y los peligros que representa para la salud.
Las tandas de cirugías plásticas es un sistema de ahorro colectivo rotativo adaptado al mundo de la belleza estética, con el objetivo de financiar cirugías estéticas, como aumento de busto, liposucción, abdominoplastia, rinoplastia o “mommy makeover”.
¿Cómo operan?
Unas 10 a 25 personas, generalmente mujeres jóvenes, se unen y eligen un turno por sorteo o acuerdo y aportan montos fijos, desde 850 pesos semanales hasta 4,200 pesos mensuales, según el costo de la cirugía, que ronda entre los 67,000 a 150,000 pesos en promedio.
El dinero se destina a pagar el procedimiento de quien recibe el turno. Hay multas por retraso, sin reembolsos ni transferencias. Algunas incluyen "extras" como masajes postoperatorios o sesiones en cámaras hiperbáricas, y se combinan con rifas o sorteos mensuales para "ganar" una cirugía.
Este esquema surgió durante la pandemia de COVID-19 como alternativa a los altos costos de las cirugías, que en México superan el millón de procedimientos anuales, posicionando al país como el tercero mundial en intervenciones estéticas. Son populares, porque fomenta el “compromiso” al destinar el ahorro exclusivamente al procedimiento, pero ignora la planificación médica adecuada.
¿Quiénes las promueven?
Las tandas son impulsadas principalmente por emprendedoras independientes, influencers y financieras informales, no por instituciones médicas certificadas. Se promocionan como un "emprendimiento" accesible, atrayendo a mujeres de clase media-baja que buscan cambios corporales influenciados por redes sociales y estándares de belleza irreales.
Regularmente, se están haciendo en ciudades grandes como Monterrey, Saltillo, Nuevo León, Guadalajara o Ciudad de México, a través de grupos en redes sociales, en donde administradoras anónimas en Facebook, WhatsApp o Instagram crean grupos privados para reclutar participantes, como “Toque Divino”, que combinaba tandas con rifas y tours para sortear cirugías.
¿Son seguras?
Por supuesto que no, las tandas de cirugías plásticas no son seguras, aunque el ahorro en sí no es el problema, el esquema conecta a participantes con médicos no certificados, clínicas clandestinas y procedimientos irregulares, lo que ha causado muertes, infecciones y estafas.
Expertos de la Asociación Mexicana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (AMCPER) y el Consejo Mexicano de Cirugía Plástica (CMCPER) insisten en que ningún cirujano certificado participa, ya que viola protocolos éticos y legales.