A pocos días de la celebración de la Independencia de México, el uso y la venta ilegal de pirotecnia se convierten en un tema de alta preocupación para las autoridades y la sociedad en general.
Aunque las luces y los estruendos son un elemento tradicional en las festividades, su manipulación sin control representa un grave riesgo para la seguridad pública. En Puebla, el debate sobre si su uso es una falta o un delito se aviva cada año, al igual que los supuestos operativos para frenar su comercialización y los incidentes que marcan el calendario.
¿Falta administrativa o delito?
En México, el uso y detonación de pirotecnia sin permiso de las autoridades competentes, como la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), no siempre está tipificado como delito en los códigos penales estatales.
Sin embargo, sí es una falta administrativa sancionada en los reglamentos de Justicia Cívica o Bandos de Policía y Buen Gobierno de los municipios.
En Puebla, el uso de cohetes o fuegos pirotécnicos sin autorización es considerado una falta administrativa y puede acarrear multas, arresto o trabajo comunitario. Las sanciones varían según la gravedad de la infracción y el municipio.
Por ejemplo, en la capital poblana, se han establecido multas que van de 5 a 60 Unidades de Medida y Actualización (UMA), lo que representa una sanción de hasta 6,788.40 pesos en 2025, además de la posibilidad de 36 horas de arresto.
En otros municipios, la prohibición es explícita y se sanciona con multas de 20 a 50 días de salario mínimo.
Ante la cercanía de las Fiestas Patrias, las autoridades de Puebla dicen que han reforzado los operativos en coordinación con instancias federales y estatales para combatir la venta y el uso de pirotecnia ilegal.
El objetivo principal es prevenir accidentes y salvaguardar la integridad de la población. Estos operativos se centran en mercados, tianguis y puntos de venta clandestinos.
El uso de pirotecnia representa una serie de riesgos que van desde lesiones graves hasta daños al medioambiente. La manipulación de cohetes y fuegos artificiales puede ocasionar quemaduras, amputaciones, irritación en los ojos y lesiones auditivas. En casos extremos, incluso puede provocar la muerte.
Además de los riesgos físicos, la detonación de pirotecnia genera una gran cantidad de contaminantes en el aire, como las partículas PM 2.5, que pueden causar problemas respiratorios, especialmente en personas vulnerables como niños, adultos mayores y quienes padecen enfermedades crónicas.
Los estruendos también afectan a los animales, provocando estrés, ansiedad y taquicardia.
Las autoridades de Tehuacán, por ejemplo, han intensificado las multas por la quema de pirotecnia, ante las constantes detonaciones a pesar de la prohibición.
Pero a pesar de los riesgos y los incidentes, la pirotecnia sigue siendo un negocio lucrativo y una tradición mortal arraigada en las festividades. Las autoridades estatales hacen un llamado a la sociedad para que celebre con responsabilidad; sin embargo, como cada año, la noche del 15 se escucharán las explosiones en la vía pública.
Las detenciones serán pocas, las sanciones todavía mucho menos y la mañana del 16 de septiembre no faltarán las calles repletas de la basura derivada del estallido de cohetes.