
Una mujer de Minnesota fue sentenciada a 39 años de prisión tras ser hallada culpable de múltiples delitos relacionados con abuso infantil extremo y fraude al sistema de salud. Se trata de Jorden Marie Borders, de 35 años, quien manipuló durante años a profesionales médicos y agencias estatales para simular enfermedades en sus tres hijos menores, esto con el objetivo de obtener beneficios económicos.
El caso fue considerado por las autoridades como uno de los más graves de abuso infantil en el estado y fue juzgado en el Tribunal del Condado de Crow Wing. La jueza Patricia Aanes declaró culpable a Borders el 4 de junio por 11 cargos, entre ellos tortura infantil, acoso, hurto bajo falsa representación e intento de asesinato.
La investigación comenzó en mayo de 2022, cuando uno de los menores fue hospitalizado con niveles peligrosamente bajos de hemoglobina. Borders alegó que los médicos se equivocaron, pero las autoridades descubrieron que ella misma drenaba sangre a su hijo de 9 años antes de cada consulta, utilizando jeringas o accesos venosos para provocar síntomas alarmantes.
El Fiscal General de Minnesota, anunció que su oficina obtuvo veredictos de culpabilidad en el juicio penal de Jorden Marie Borders en el condado de Crow Wing. con 11 cargos: un intento de asesinato, tres torturas infantiles, tres acosos y cuatro robos por falsa representación. pic.twitter.com/zdVPxKbQrG
— El Minnesota de Hoy (@MNHoy) June 5, 2025
Además de inducir vómitos y simular ataques respiratorios, Borders obligaba a los niños a usar dispositivos ortopédicos como yesos y collarines sin necesidad médica. Alegaba falsamente que sufrían de osteogénesis imperfecta, una condición genética que causa fragilidad ósea, para justificar tratamientos y ayudas estatales.
El expediente judicial también documentó episodios de violencia física y sicológica, ya que Borders golpeaba a sus hijos con cables, cinturones y cucharas de metal, los privaba de alimentos y los exponía desnudos al frío extremo. Asimismo, los menores relataron haber recibido amenazas de muerte con cuchillos y armas de fuego, además de intimidaciones para mantener el silencio.
En redes sociales, Borders llegó a publicar anuncios falsos sobre la “decisión de fin de vida” de uno de sus hijos, asegurando que estaba conectado a un ventilador y que su muerte sólo podría confirmarse mediante autopsia. Estas acciones formaban parte de una estrategia para engañar a los médicos y a las autoridades.
La mujer también presentó información falsa ante la agencia Crow Wing County Community Services, logrando que uno de los menores recibiera servicios de cuidado personal. Según el Fiscal General Keith Ellison, Borders obtuvo más de 18,000 dólares en pagos de Medicaid por servicios inexistentes.
Finalmente, Ellison calificó el caso como “uno de los crímenes más atroces y dolorosos” que enfrentó durante su gestión.