
Aunque el ronquido suele ser motivo de bromas, especialistas advirtieron que puede ser el síntoma de una condición de salud más seria, pues según la Asociación Estadounidense de Personas Jubiladas (AARP) y otras entidades médicas, cuando los ronquidos son frecuentes, se acompañan de pausas en la respiración, jadeos nocturnos o somnolencia durante el día, podrían estar revelando la presencia de apnea obstructiva del sueño (AOS).
La AOS ocurre cuando los músculos de la garganta y la boca se relajan demasiado durante el sueño, bloqueando parcialmente las vías respiratorias. Esta interrupción repetida en la respiración disminuye los niveles de oxígeno en sangre, lo que puede derivar en complicaciones como hipertensión, diabetes tipo 2, accidentes cerebrovasculares e incluso problemas de memoria y riesgo de demencia, según estudios de la Universidad de California.
Ante esta situación, los expertos recomiendan prestar atención a señales de alarma como dolores de cabeza al despertar, cansancio persistente, pausas evidentes al respirar mientras se duerme o la necesidad constante de dormir durante el día.
Además del sobrepeso, la edad y los antecedentes familiares, otros factores como amígdalas agrandadas, trastornos endocrinos y alteraciones en el control cerebral de la respiración pueden influir en la aparición de la apnea. Asimismo, la doctora Anastasia Amfilochiou advirtió que “los ronquidos muchas veces no llegan solos”, y pueden ser un acompañante de trastornos respiratorios crónicos.
Finalmente, los expertos aseguran que si el ronquido va más allá de un sonido molesto y si comienza a afectar la calidad de vida, lo mejor es acudir a una unidad especializada en sueño para descartar complicaciones mayores.