
El gobierno estadounidense logró aprobar su ambicioso paquete fiscal y presupuestario, conocido como la "gran y hermosa ley", tras una votación ajustada en ambas cámaras del Congreso. Esta medida, impulsada por el presidente Donald Trump, redefine aspectos centrales del gasto público y la recaudación fiscal en Estados Unidos.
Trump firmará la legislación el 4 de julio, durante los actos oficiales por el Día de la Independencia. Con este acto, el gobierno cierra una de las etapas legislativas más relevantes de su actual mandato y concreta su agenda económica para el segundo periodo presidencial.
El proyecto de ley fue aprobado en la Cámara de Representantes con 218 votos a favor y 214 en contra. En el Senado, el vicepresidente JD Vance rompió un empate de 50 a 50, lo cual permitió su avance definitivo. A pesar del respaldo mayoritario del Partido Republicano, algunos legisladores conservadores manifestaron su desacuerdo por los profundos recortes a programas sociales clave.
Dicha iniciativa contempla recortes fiscales que superan los 4,5 billones de dólares y destina más de 350 mil millones al fortalecimiento de la defensa y seguridad fronteriza. Parte del paquete incluye recursos para la construcción de tramos adicionales del muro con México y para el aumento de agentes migratorios federales.
Según la Oficina de Presupuesto del Congreso, la ley elevará el déficit en aproximadamente 3,3 billones de dólares para el año 2034 y dejará a más de 10 millones de personas sin cobertura médica. Estas cifras fueron citadas por legisladores opositores como evidencia del impacto social negativo que la reforma podría tener sobre la población vulnerable.
El proyecto mantiene y amplía las reducciones fiscales de 2017, incluyendo la eliminación de impuestos sobre propinas y horas extra. Asimismo, introduce deducciones adicionales para jubilados y pequeñas empresas. Los grandes grupos empresariales estadounidenses celebraron estas medidas como un incentivo para la inversión y la actividad económica.
Sectores como el hospitalario y el energético expresaron preocupaciones por las reducciones en los subsidios a Medicaid y los beneficios fiscales a las energías renovables. La Asociación Americana de Hospitales advirtió que los recortes a Medicaid representan "un daño irreparable a nuestro sistema de salud", según declaraciones de su director ejecutivo Rick Pollack.
En paralelo, el sector empresarial aplaudió la restauración de incentivos fiscales para la industria manufacturera y los productores de semiconductores. La Federación Nacional de Empresas Independientes también elogió la permanencia de las deducciones fiscales para ciertas entidades comerciales.
Trump sostuvo que estas medidas estimularán el crecimiento económico y fortalecerá la seguridad nacional. Durante su discurso posterior a la votación, aseguró que el plan fiscal hará subir a la economía estadounidense "como un cohete".
Críticos como Elon Musk, exaliado político de Trump, calificaron el paquete legislativo como "una esclavitud de la deuda" y advirtieron sobre su posible impacto en la sostenibilidad financiera del país. La legislación también eliminó varios incentivos fiscales para autos eléctricos y energías limpias, medidas que previamente habían sido promovidas por el gobierno anterior. (NotiPress)