Remesas con cobros e impuesto: así disminuirá el monto que recibirán los familiares

Remesas con cobros e impuesto: así disminuirá el monto que recibirán los familiares

Foto: Freepik

Las remesas han sido, por años, el salvavidas económico de miles de familias poblanas. En 2024, Puebla rompió récord al recibir 3,366 millones de dólares, de acuerdo con cifras del Banco de México. Pero una nueva propuesta legislativa en Estados Unidos amenaza con encarecer y complicar este flujo vital de recursos.

 

La reciente aprobación en la Cámara Baja de Estados Unidos de un impuesto de 3.5 % sobre las remesas enviadas desde ese país ha generado preocupación entre las familias poblanas que dependen de estos recursos para su sustento diario. Aunque la propuesta inicial contemplaba un gravamen de 5 %, la reducción a 3.5 % fue vista como un logro parcial tras intensos cabildeos del gobierno mexicano.

 

Aunque su justificación principal es la recaudación para financiar la seguridad fronteriza, su impacto podría sentirse directamente en los hogares de municipios como Tehuacán, Izúcar de Matamoros, Atlixco, San Martín Texmelucan e inclusive Puebla capital, ya que son considerados como las demarcaciones que reciben más remesas.

 

 

Los poblanos que reciben remesas ya enfrentan comisiones cobradas por bancos y empresas de transferencia de dinero, que pueden oscilar entre 5 % y 10 % del monto enviado. A esto se sumará ahora el impuesto federal del 3.5 %, lo que incrementará el costo total de recibir dinero desde Estados Unidos. Por ejemplo, si un migrante envía 100 dólares, el receptor en Puebla podría ver una reducción efectiva cercana a 8.5 % o más, considerando una comisión promedio del 5 % y el nuevo impuesto del 3.5 %.

 

En total, el costo de una sola remesa podría superar los 40 dólares, dejando en manos del receptor una cantidad considerablemente menor. En palabras sencillas: por cada 397 dólares enviados, la familia poblana podría recibir apenas unos 357 dólares.

 

¿A cuántos poblanos afectaría?

 

Puebla es el octavo estado que más remesas recibe en México, donde miles de hogares poblanos dependen directa o indirectamente de estos ingresos para solventar gastos básicos como alimentación, vivienda, salud y educación.

 

El impacto no solo sería familiar, sino también económico. Analistas financieros han advertido que una disminución de 10 % en el flujo de remesas a Puebla podría significar una pérdida de más de 300 millones de dólares anuales, lo que afectaría el comercio local y el consumo interno.

 

Ante este nuevo impuesto, algunos migrantes han comenzado a explorar métodos alternativos para enviar dinero, como el uso de criptomonedas, transferencias informales o envíos en efectivo con personas de confianza. Sin embargo, expertos advierten que estas vías pueden implicar riesgos legales, pérdida de dinero o involucramiento involuntario en actividades ilícitas.

 

Reacciones en México y Estados Unidos

 

Desde el gobierno mexicano, la presidenta Claudia Sheinbaum ha expresado su preocupación y ha pedido respeto a los derechos de los migrantes. En tanto, organizaciones civiles y defensoras de migrantes han señalado que la medida es discriminatoria y castiga injustamente a quienes ya viven en condiciones de vulnerabilidad.

 

Por su parte, expertos señalan que este gravamen podría incentivar el uso de canales alternativos para el envío de dinero, como criptomonedas o transferencias informales, lo que complicaría la recaudación y podría aumentar riesgos de fraude y robo.

 

Del otro lado, congresistas republicanos defensores del proyecto sostienen que los migrantes indocumentados “no deberían beneficiarse del sistema sin contribuir”. Pero la realidad es que muchos de ellos pagan impuestos a través de números fiscales alternativos (ITINs) y contribuyen a la economía estadounidense sin recibir ningún beneficio a cambio.

 

Finalmente, esto representa un golpe directo al bolsillo de miles de familias poblanas que dependen de estos envíos para subsistir.

 

Lejos de ser una amenaza futura, el impacto será inmediato: menos dinero en manos de quienes más lo necesitan, una reducción en el consumo local y un aumento en la vulnerabilidad económica de comunidades enteras. Las remesas han sido históricamente un pilar de sustento en el estado de Puebla, y ahora, con esta nueva carga fiscal, ese pilar comienza a tambalearse.

 

Mientras tanto, las autoridades mexicanas deberán redoblar esfuerzos para proteger a sus migrantes, promover canales financieros seguros y mitigar los efectos negativos de una medida que, sin lugar a dudas, castiga la solidaridad y el esfuerzo de quienes se fueron para sostener a los que se quedaron.

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