¿Mejor que el Seguro Popular? La promesa de Sheinbaum y la realidad del IMSS-Bienestar

¿Mejor que el Seguro Popular? La promesa de Sheinbaum y la realidad del IMSS-Bienestar

Foto: Enfoque

Lo que tenemos hoy es mucho mejor que el Seguro Popular”, aseguró la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en temas de salud el pasado 13 de mayo. Su declaración no tardó en encender las redes sociales, donde usuarios compartieron experienciasestadísticas y críticas. La mayoría sostiene que el extinto Seguro Popular ofrecía mejores resultados en cuanto a atención médica y acceso a medicamentos.

 

¿El nuevo sistema de salud pública, IMSS-Bienestar, realmente ha superado al desaparecido Seguro Popular?

 

En su conferencia desde Palacio Nacional, Sheinbaum defendió el sistema actual de salud, basado en el IMSSISSSTE IMSS-Bienestar, asegurando que se brinda un trato digno y humanista a los pacientes. Según ella, esto no ocurría con el Seguro Popular, al que calificó de lleno de corrupción y monopolización en la compra de medicamentos. La mandataria destacó que el nuevo modelo ha permitido un abasto de medicamentos de 87 % en IMSS-Bienestar94.3 % en IMSS 90 % en ISSSTE, y afirmó que se han logrado ahorros multimillonarios con la compra consolidada y transparente de insumos.

 

Sin embargo, la crítica en redes sociales se centra en que aún existen problemas graves, como 15 millones de recetas hospitalarias no surtidas, una situación que, según usuarios, no se presentaba con el Seguro Popular. Además, muchos cuestionan la eficacia real del IMSS-Bienestar y la calidad del servicio en comparación con el sistema anterior.

 

 

Del Seguro Popular al IMSS-Bienestar: una transición polémica

 

El Seguro Popular fue eliminado oficialmente en 2020, durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, por considerarlo un esquema con deficiencias estructurales y alta corrupción. En su lugar se creó primero el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que también fue desmantelado para dar paso al IMSS-Bienestar, proyecto que se consolidó a partir de 2023 como el modelo prioritario para brindar atención médica gratuita a personas sin seguridad social.

 

La transformación prometía un sistema más eficiente, gratuito y universal. Sin embargo, la transición no ha sido tersa. Entre promesas incumplidas, hospitales inconclusos y falta de insumos, la implementación ha sido desigual en el país.

 

En términos presupuestales, el IMSS-Bienestar contó con un presupuesto para 2024 de 128,624 millones de pesos, lo que representó un aumento de 14.5 % respecto al presupuesto que tenía el INSABI en 2023, y 37.6 % más que el Seguro Popular en 2019. Sin embargo, este incremento se dio en un contexto donde la Secretaría de Salud federal sufrió un recorte real de 55.8 %, lo que implica una reasignación de recursos hacia el IMSS-Bienestar, que ahora es el encargado de proveer atención médica gratuita a quienes no cuentan con seguridad social.

 

De acuerdo con cifras presentadas por el propio director del IMSS, Zoé Robledo, el IMSS-Bienestar atiende actualmente a 53.2 millones de personas, un aumento considerable si se compara con los 12.3 millones que atendía en 2019. Esto representa una cobertura de 80 % de la población sin seguridad social.

 

En infraestructura, el crecimiento también es evidente: de 80 hospitales y 3,622 unidades médicas rurales en 2019, hoy el sistema cuenta con 669 hospitales y 11,935 centros de salud. Asimismo, el personal médico aumentó de 25,936 a 274,977 trabajadores de salud.

 

¿Qué pasa en los estados que no implementaron el IMSS-Bienestar?

 

Nueve estados decidieron no adherirse al IMSS-Bienestar y mantienen la administración estatal de sus sistemas de salud: AguascalientesChihuahuaCoahuilaDurangoGuanajuatoJaliscoNuevo LeónQuerétaro y Yucatán. Estos estados reciben recursos federales, pero gestionan sus servicios de salud de forma independiente.

 

Sin embargo, esta decisión también ha generado una falta de homologación en los servicios de salud en el país. Hoy, una persona sin seguridad social puede recibir atención muy diferente según el estado en el que viva. La no adhesión significa que en esos estados la atención médica no es gratuita para todos, ya que cobran por servicios, algo que la presidenta Sheinbaum ha criticado, insistiendo en que la salud debe ser un derecho universal y gratuito.

 

Faltan recursos, sobran pacientes

 

En estados como Puebla y Oaxaca, donde sí se implementó el IMSS-Bienestar, hospitales reportan carencias que impactan directamente la atención. Un reportaje publicado por El País en enero de 2025 documentó la suspensión de cirugíasfalta de medicamentos y de insumos básicos como gasas y analgésicos.

 

Además, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) reveló que, de los 80 hospitales prometidos por el gobierno federal entre 2019 y 2024, solo 32 fueron concluidos. El resto permanece en obra negra o en planeación, sin fecha de finalización.

 

¿Y entonces, es mejor?

 

La afirmación presidencial encuentra sustento en algunos indicadores: más coberturamejor percepción mayor personal. Pero aún queda un largo camino por recorrer para cumplir con lo que fue prometido: un sistema gratuitouniversal de calidad.

 

Aunque el IMSS-Bienestar cuenta con un presupuesto mayor y ha implementado un modelo de compra consolidada de medicamentos que ha generado ahorros, enfrenta problemas estructuralesde cobertura calidad que aún no se resuelven.

 

El IMSS-Bienestar es, sin duda, un esfuerzo monumental por consolidar un sistema público de salud. Sin embargo, también es un experimento en curso, con fallas visibles que deben atenderse antes de cantar victoria.

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