Menstruación digna: el derecho por ley que no se cumple en Puebla

Menstruación digna: el derecho por ley que no se cumple en Puebla

Foto: Freepik

Recientemente, la diputada Fedrha Isabel Suriano Corrales, de Movimiento Ciudadano, presentó una iniciativa en el Congreso del Estado para garantizar el acceso gratuito, suficiente y permanente a productos de higiene menstrual mujeres privadas de su libertad en los Centros de Reinserción Social de Puebla.

 

 

Previamente, en marzo de 2021, el Congreso del Estado de Puebla dio un paso importante hacia la justicia menstrual al aprobar reformas que obligan a la Secretaría de Salud y a los gobiernos municipales a entregar gratuitamente productos de higiene menstrual a las mujeres y personas menstruantes en situación de vulnerabilidad.

 

En ese momento, la medida fue recibida con entusiasmo por colectivos feministas y activistas, quienes por años habían exigido que el Estado reconociera que menstruar no debe ser un privilegio.

 

 

Sin embargo, a cuatro años de esta aprobación, la realidad en las calles y centros de salud parece contar otra historia.

 

¿Se cumple la entrega gratuita en Puebla?

 

Para comprobar si esta política pública se está o se estuvo aplicando, Imagen Poblana visitó una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la capital. La primera parada fue el módulo de vacunación. Al ser cuestionada sobre si en ese lugar entregaban productos menstruales gratuitos, la encargada respondió con sorpresa: “No, aquí no hemos entregado nada de eso. La verdad, no. Conmigo no es la información”, remarcó.

 

La siguiente parada fue en el área de recepción general. La trabajadora, igualmente confundida, y de manera corta, comentó: “Desconozco. Aquí no nos han dicho nada”; y al cuestionar quién podría tener dicha información, mencionó que “al momento ella no podía dar dichos datos”.

 

Entonces ¿qué sucedió?

 

De acuerdo con diferentes fuentes de información, no hubo asignación presupuestal específica ni seguimiento real a esta ley.

 

Colectivos feministas han denunciado que los recursos existentes apenas alcanzan para cubrir el mantenimiento de los centros de salud, por lo que no es posible garantizar estos insumos a mujeres.

 

Asimismo, no hay reportes oficiales ni evidencia fehaciente de que esta disposición se haya cumplido de manera efectiva. Presuntamente, esto se debe a la falta de recursos asignados por el Congreso del Estado, lo que ha limitado la implementación real de esta política pública, dejándola como una promesa legislativa sin impacto tangible para las niñas, adolescentes y mujeres en situación de vulnerabilidad.

 

La licencia menstrual, otro derecho estancado

 

Aunado a esta ley, destaca otro de los grandes pendientes en materia de salud menstrual en Puebla: la licencia menstrual, una iniciativa de la diputada Nora Escamilla Merino en junio de 2023. La propuesta consistía en otorgar un día de descanso con goce de sueldo a las trabajadoras del Estado durante el primer día del ciclo menstrual, debido a los dolores y síntomas que pueden ser incapacitantes.

 

Sin embargo, la LXI Legislatura concluyó sin que la reforma fuera dictaminada por las Comisiones Unidas de Trabajo y de Igualdad de Género. Peor aún, la iniciativa solo habría beneficiado a 2.2% de las trabajadoras poblanas, es decir, aquellas que laboran en el gobierno estatal, el Congreso o el Poder Judicial, según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del INEGI.

 

¿Y a nivel nacional?

 

A nivel federal, la Cámara de Diputados aprobó en comisiones una propuesta para modificar la Ley Federal del Trabajo en 2021 con el fin de incluir la licencia menstrual. Recientemente, la diputada Ana Isabel González González presentó una iniciativa similar, pero, hasta ahora, no se ha discutido en el Pleno, y el Senado tampoco ha retomado la Ley de Menstruación Digna.

 

 

Actualmente, solo la Ciudad de México, Hidalgo, Colima y Nuevo León han implementado licencias menstruales, y únicamente para trabajadoras del sector público. En la CDMX, por ejemplo, se otorgan hasta dos días de descanso con goce de sueldo, además de contemplar permisos por exámenes de próstata, mastografía y papanicolaou.

 

Lo que no se dice en las clínicas

 

Que las trabajadoras de los módulos del IMSS desconozcan estas políticas no es culpa de ellas, sino del sistema. Falta capacitación, difusión e implementación. No hay carteles, no hay folletos, no hay campañas. Sin embargo, las niñas, adolescentes y mujeres que acuden por una consulta médica siguen menstruando. Algunas sin recursos, otras con miedo o vergüenza. Pero todas en un entorno que aún las invisibiliza.

 

Por lo que, la menstruación sigue siendo un tema silenciado dentro de las instituciones públicas, y mientras las leyes sigan siendo letra muerta, hablar de “menstruación digna” seguirá siendo un ideal, no un derecho garantizado.

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