Chedraui, un simple florero

Chedraui, un simple florero

En octubre de 2024, José Chedraui Budib llegó al frente de la administración municipal con una "montaña" de promesas bajo el brazo, las cuales ofreció en campaña, cual santa claus en navidad. ¿Acaso ha cumplido algo?, ¿estamos siendo injustos con él? Veamos.

 

A pocos días de cumplir siete meses como alcalde de la cuarta ciudad más importante de México, es una realidad de que el edil no para de “trabajar”. Y es que, dijera mi abuelita, el empresario textilero anda en todas partes y es ajonjolí de todos los moles. Sí, anda de ceremonia en ceremonia, de evento en evento, de cantina en cant…. ¡perdón, eso no! O quién sabe. Anda en todas partes, pero a la sombra de altos funcionarios del Gobierno Estatal. Sí, el alcalde “imparable” “brilla” en todos los actos como una mera figura decorativa, como un simple florero.

 

Totalmente fuera de lugar, desorientado y sin tener ni la más mínima idea de qué hacer, Chedraui es el “patiño” del Gobierno Estatal, como Viruta con Capulina o Mario Bezares con Paco Stanley (QEPD). Pareciera patiño, pero no, ni a eso llega el alcalde, y no porque no le quede el papel a la perfección, sino porque sencillamente ni eso puede hacer.

 

Y bueno, trabajar por la ciudad tampoco. Su trabajo por una capital en constante progreso, segura y con desarrollo continuo aún puede esperar. Al fin le quedan 2 años y 5 meses al frente del gobierno municipal. Y es que para el presidente municipal lo realmente importante es tomarse la foto, como si se tratase de una modelo. Asumir su responsabilidad, cumplir con sus promesas y darle rumbo al municipio son, para el munícipe, labores para “tontos”.

 

Además, no se le puede reprochar que no ha cumplido a cabalidad con el eslogan de su gobierno, pues la capital está "imparable" en varios aspectos: los índices de inseguridad aumentan, el ambulantaje se ríe en la cara del alcalde, el alumbrado está en pésimas condiciones, su “imagen” ante los ciudadanos está por los suelos y los baches se incrementan cada día más.

 

¿Acaso hay algo que reprocharle? ¡No! Tontos nosotros, los ciudadanos que afirmamos que no está cumpliendo, que tiene a la ciudad patas pa’rriba, que su administración es fallida. Los malos y malagradecidos son los ciudadanos, no el señor florero.

 

¡Oiga, amable lector! Tampoco hay que ser tan léperos con el presidentito, pues hace unos días el alcalde encabezó un magno evento: el corte del listón de una obra. ¡Si!, por increíble que parezca, él sólo, sin ninguna autoridad estatal de primer nivel que le hiciera sombra. ¡Sí, se trata del paso a desnivel en la avenida Osa Mayor, obra en la cual el gobierno del estado aportó más de dos terceras partes del costo total! O sea, no es de él, pero cree que es de él.

 

Bueno, la intención es lo que cuenta. Y como despedida y para que el presidente municipal de Puebla no se sienta sólo como un florero, mencionaremos un “logro” más: ¡cortó el listón de la Feria de Puebla, acompañado de harta gente!