Burke, el cardenal opositor de Francisco y papable favorito de Trump

Burke, el cardenal opositor de Francisco y papable favorito de Trump

Foto: X / @principitoXXI

La muerte del papa Francisco dejó un vacío en el Vaticano, no solo en lo espiritual, sino en la estructura de poder de la Iglesia católica, por lo que el nuevo proceso de selección del nuevo líder eclesiástico se llevará a cabo mediante el tradicional cónclave, práctica reservada para los 136 cardenales que cuentan con derecho a votar.

 

Durante este proceso, los cardenales deberán decidir entre varias opciones, pero los intereses externos no quedan fuera de esto, especialmente cuando personalidades como Donald Trump aparecen con opiniones e intenciones que influyen directa o indirectamente.

 

Aunque muchas naciones modernas se declaren laicas, la religión sigue jugando un papel determinante en sus dinámicas sociales y políticas, pues si bien la Iglesia se ha dedicado a moldear la moral pública de muchas personas durante siglos, las decisiones políticas también quieren dejar huella dentro de la fe. Tal es el caso del presidente Trump y el cardenal estadounidense Raymond Burke, cuya figura representa un símbolo del ala más conservadora del catolicismo.

 

 

Burke, nombrado cardenal por Benedicto XVI, fue una voz crítica frente al papado de Francisco. A pesar de que la mayoría del Colegio Cardenalicio fue designado por este último, su nombre tiene presencia entre quienes desean el regreso a tradiciones más estrictas. Su presencia representa el pensamiento más ortodoxo y su respaldo político se alinea con figuras como Trump.

 

Es originario de Wisconsin y tiene 76 años; además, muestra afinidad con políticas completamente contrarias a las del papa Francisco, especialmente en lo que respecta a temas migratorios. Mientras el pontífice abogaba por la inclusión y el cuidado de los más vulnerables, Burke defiende la idea del muro fronterizo y otras propias del gobierno republicano.

 

Durante las elecciones de 2016, Burke ofreció su total respaldo a Trump, destacando la coincidencia entre sus propuestas y los principios que defiende su idea de Iglesia, especialmente en lo relacionado con la protección de la vida desde su concepción. Esta postura fue acogida por sectores que impulsan leyes restrictivas en torno al aborto.

 

 

Por su lado, Trump elogió al cardenal por sus valores y consolidaron una alianza ideológica. Para el presidente, Burke representa un aliado confiable para reforzar la defensa de ciertos ideales conservadores tanto en Estados Unidos como en otros países.

 

Francisco rechazó las posturas extremas desde los primeros años de su pontificado, teniendo tensiones directas con Burke, a quien removió de su cargo y, años después, decidió cortar ciertos privilegios, como su apartamento gratuito en Roma y su estipendio mensual.

 

En 2023, el papa expresó su preocupación sobre la actitud de algunos sectores de la Iglesia estadounidense, a quienes tildó de reaccionarios y desfasados. Estas palabras fueron vistas como una advertencia ante el resurgimiento de una corriente que ahora, con la silla de Pedro vacía, podría intentar ocupar el centro del poder eclesial.

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