
El Club América vive un cierre de torneo inesperadamente tenso. A pesar de sumar 30 puntos y ubicarse actualmente en el tercer lugar de la tabla general, las Águilas podrían terminar la fase regular del Clausura 2025 fuera de los primeros seis lugares si los resultados no les favorecen en la Jornada 17. El equipo de André Jardine se medirá este sábado ante Mazatlán en el Estadio Azteca, en un duelo que se ha vuelto crucial para evitar el temido play-in.
Una derrota frente al conjunto sinaloense, combinado con triunfos de Necaxa sobre Puebla, Tigres ante Pumas y León frente a Rayados, podría provocar un auténtico sacudón en la tabla. En ese escenario, América podría caer hasta la séptima posición, lo que lo obligaría a disputar el repechaje en busca de un lugar en la liguilla directa.
El momento que atraviesa el equipo azulcrema no es el mejor. Entre partidos de la Liga MX y la Concacaf Champions Cup, América acumula cinco encuentros consecutivos sin conocer la victoria. Esta racha negativa ha encendido las alarmas en Coapa, tanto por el bajón anímico como por las dudas futbolísticas que han surgido en momentos clave del semestre.
Tras haber sido uno de los equipos más sólidos del torneo, la falta de contundencia, lesiones y decisiones tácticas han mermado el rendimiento del equipo. La presión sobre Jardine aumenta, especialmente por las altas expectativas que rodean al vigente campeón del fútbol mexicano, que no solo busca el bicampeonato, sino también trascender a nivel internacional.
El panorama se complica si se considera que varios rivales directos, como Tigres, León y Necaxa, llegan en buen momento y tienen la motivación de meterse entre los primeros seis. Además, la irregularidad de Rayados y Pumas abre la puerta a movimientos importantes en la parte alta de la tabla.
Así, América se juega mucho más que tres puntos este fin de semana. Una victoria le aseguraría no solo su pase directo a la liguilla, sino también un cierre decoroso de la fase regular. Pero una derrota, en combinación con ciertos resultados, podría poner en riesgo todo lo construido a lo largo del torneo y obligarlo a un play-in que nadie en Coapa quiere jugar.