
En Puebla, el uso de la bicicleta como medio de transporte ha aumentado significativamente en los últimos años, debido a varias razones que combinan factores económicos, de salud, medioambientales y urbanos.
Las bicicletas son mucho más baratas que los automóviles porque no requieren combustible, su mantenimiento es mínimo en comparación con un vehículo de motor y evitan gastos como pago de estacionamiento, seguro o verificación.
En términos de movilidad urbana, en ciudades como Puebla, donde el tráfico vehicular es constante, la bicicleta permite desplazamientos más ágiles, especialmente en trayectos cortos o dentro del centro urbano y se reducen los tiempos de traslado en horarios pico.
Otro factor es la conciencia ambiental. Muchas personas buscan reducir su huella de carbono y optan por medios de transporte no contaminantes y, en este caso, las bicicletas no emiten gases de efecto invernadero, por lo que su uso se ha popularizado entre quienes priorizan el medioambiente.
Aunado a todo ello, hay que tomar en cuenta los beneficios para la salud, ya que usar la bicicleta es una forma de ejercicio cardiovascular, que ayuda a combatir el sedentarismo, mejorar la salud mental y fortalecer músculos y articulaciones.
Cabe señalar que durante la pandemia de COVID-19, muchas personas evitaron el transporte público para reducir el riesgo de contagio, y encontraron en la bicicleta una alternativa segura y eficiente.
Algunos gobiernos locales han impulsado la construcción de ciclovías, biciestacionamientos y programas de préstamo de bicicletas y, aunque no todos los municipios están al mismo nivel, el tema ha ganado relevancia en la agenda de movilidad.
Incluso, en muchas ciudades, las bicicletas han dejado de ser vistas como un transporte “de segunda” y se han convertido en símbolo de modernidad y sustentabilidad.
Sin embargo, la falta de cultura vial entre algunos ciclistas ha generado preocupaciones sobre la seguridad en las vías públicas.
El reglamento de Tránsito Municipal establece normas claras para regular la circulación de bicicletas y garantizar la seguridad de todos los usuarios de la vía y se debe tomar en cuenta que, para dicho reglamento y para las autoridades, las bicicletas son un vehículo como cualquier otro.
Aunque actualmente muchos colectivos de ciclistas denuncian la falta de cultura vial de los automovilistas principalmente, muchos coinciden en que, por parte de ellos, también la hay, al cometer diversas infracciones que atentan, principalmente, contra los peatones y que en ocasiones son ellos quienes provocan los accidentes viales en los que lamentablemente algunos han perdido la vida.
Por ejemplo, circulan por las banquetas, poniendo en riesgo tanto al ciclista como a los peatones. El reglamento prohíbe expresamente esta acción.
Tampoco respetan las señales de tránsito. Ignorar semáforos y señales viales puede ocasionar accidentes, lo mismo que circular en sentido contrario, otra práctica común de los ciclistas bajo el argumento de que lo hacen por seguridad.
Aunque se quejan del uso de teléfonos móviles por parte de automovilistas, se ha sorprendido a ciclistas haciendo lo mismo, o incluso, circulando con audífonos, lo que distrae la atención y aumenta el riesgo de percances.
Llevar objetos que impidan mantener ambas manos en el manillar o que sobresalgan del vehículo es peligroso y está prohibido, pero es otra de las prácticas comunes en el colectivo de ciclistas.
Para circular de manera segura y conforme al reglamento, los ciclistas deben:
- Circular por el carril de extrema derecha. Esto facilita la integración con el flujo vehicular y evita obstrucciones.
- Utilizar carriles y vías destinadas para ciclistas. Siempre que estén disponibles, deben ser la primera opción.
- Respetar las señales de tránsito y semáforos. Observar las indicaciones viales es fundamental para la seguridad.
- Usar equipo de seguridad adecuado. El uso de casco, luces y elementos reflectantes es esencial, especialmente durante la noche.
- Evitar el uso de dispositivos electrónicos. Mantener la atención en la vía es crucial para prevenir accidentes.
Y aunque el reglamento de Tránsito Municipal establece sanciones para los ciclistas, estas no se aplican por parte de las autoridades.
Desde 2018, la ciudad de Puebla ha incrementado su red de ciclovías de 26 a 160 kilómetros, lo que representa un aumento del 615 % en seis años; crecimiento que se ha acompañado por el mantenimiento y mejora de las ciclovías existentes, con la pintura de más de 10 kilómetros de rayas separadoras y la instalación de segregadores y señalización específica.
Sin embargo, algunos colectivos han precisado que, si bien se ha fomentado la implementación de ciclovías, la gran mayoría de ellas no está conectada, se trata de tramos aislados que no permiten una movilidad al 100 por ciento, pues no se trata de circuitos.