“No sé qué voy a vender ahora”: en incertidumbre, vendedoras afuera de las escuelas

“No sé qué voy a vender ahora”: en incertidumbre, vendedoras afuera de las escuelas

Foto: Enfoque

Desde el 29 de marzo, el gobierno federal ordenó la prohibición para vender alimentos chatarra en las escuelas del Sistema Educativo Nacional, como parte de una estrategia de bajar los índices de obesidad en los estudiantes.

 

A raíz de esto, el Ayuntamiento de Puebla anunció que buscará retirar a los vendedores ambulantes ubicados afuera de las instituciones educativas ofreciendo este tipo de productos. Esta medida, sin duda, representa un fuerte impacto en los ingresos de estas personas, ya que, para muchos es parte esencial para ayudar a la manutención de su familia.

 

En un recorrido hecho por Imagen Poblana a las afueras de un plantel educativo, captamos las impresiones de dos mujeres que se dedican a la venta de estos productos, quienes manifestaron que ya estaban enteradas de este anuncio; sin embargo, mostraron confusión, ya que desconocen cuáles son los productos que podrán vender y, sobre todo, si podrán permanecer en el mismo sitio donde desempeñan su actividad.

 

"Tengo 38 años de vender acá en la escuela. Ya nos habían dicho desde hace medio año. El lunes voy a ir a ayuntamiento a ver qué va a pasar con nosotros", comentó doña Carmen.

 

Dijo, incluso, que después de que fueron advertidos sobre esta medida, tomo la decisión de ya no comprar más productos "chatarra", pero aseguró que no conoce a ciencia cierta qué es lo que tiene permitido vender, por lo que está a la espera de que la administración municipal se lo informe.

 

Doña Carmen afirma que la prohibición de la venta de productos chatarra le va afectar de manera muy importante, "porque vendemos comida, fruta, pero lo que más consumen los niños son las frituras". Pero lo que más le aflige es el desconocer si aún podrá permanecer en la zona donde ha vendido durante más de 38 años o la van a retirar.

 

Al igual que doña Carmen, la señora Blanca dijo que ya había sido notificada de que la van a retirar, por ello, tomó la decisión de ya no surtir su puesto con más producto. "El Ayuntamiento nos dijo que hay que vender sano, pero en sí, ya no nos van a dejar vender o sólo que venda otra cosa", dijo.

 

El dejar de hacer esta actividad, impactará en su economía al 100 % y repercutirá en los gastos de su hogar, ya que es parte importante para la manutención de su familia. Por ello, mencionó que estudiará la posibilidad de cambiar de productos, aunque reconoció que los estudiantes no compran otra cosa que no sean frituras, dulces y jugos.

 

De inicio, dijo que probará con vender fruta y, en caso de que no le resulte redituable, buscará qué otro tipo de productos, que estén permitidos, pondrá a la venta. Y es que, de igual forma, dijo desconocer qué alimentos y bebidas estarán avaladas para su comercialización y cuáles no.

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