
Robbie Williams, el famoso cantante británico de 51 años, afirmó con pesar que sus intentos por perder peso le llevaron a consumir un supresor del apetito y las consecuencias fueron devastadoras: le diagnosticaron escorbuto, informó el medio Mirror.
El escorbuto es una enfermedad causada por una deficiencia grave de vitamina C, que se caracteriza por debilidad general, anemia, gingivitis, hemorragias cutáneas y mala cicatrización de heridas. La deficiencia de vitamina C se debió a que el cantante "dejó de comer y no recibía nutrientes".
"Una enfermedad pirata del siglo XVII", comentó Robbie en una entrevista al medio.
Y es que en 2023, perdió más de 10 kilos tras tomar un medicamento para bajar de peso, "algo como Ozempic", porque odiaba su apariencia.
"Y lo necesito, médicamente. Me han diagnosticado odio a mí mismo de tipo 2. Es terriblemente catastrófico para mi salud mental ser más grande", afirmó el cantante, quien notó que los cambios físicos fueron a la par que los problemas psíquicos.
Debido a esa inestabilidad emocional, le gustaba cuando había adelgazado demasiado. "Con el trastorno dismórfico corporal, cuando la gente dice que está preocupada por tu aspecto, piensas: 'Lo he conseguido'. Cuando la gente dice: 'Nos preocupa que estés demasiado delgado', me viene a la cabeza: 'Premio gordo. He llegado a la tierra prometida'", afirmó.
Por si no fuera suficiente, la depresión volvió a afectar al cantante, que ya se le había diagnosticado a los 20, cuando luchaba intensamente contra la adicción, ansiedad y agorafobia.
Robbie reveló, además, el deterioro de la salud de sus padres; a su madre le diagnosticaron demencia y a su padre Parkinson.