Campañas antidrogas: una historia de fracasos disfrazados de prevención

Campañas antidrogas: una historia de fracasos disfrazados de prevención

Foto: FreePik

Recientemente, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, compartió en sus redes sociales una campaña del gobierno mexicano sobre la lucha contra el fentanilo, una de las sustancias más letales y adictivas en el contexto de la crisis de opioides.

 

 

La campaña, que busca crear conciencia sobre los riesgos del fentanilo, llega en un momento crítico, dado el aumento de muertes relacionadas con esta droga. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos constantes y el gasto millonario en campañas antidrogas a lo largo de los años, la efectividad de estas campañas ha sido cuestionada.

 

Por lo que, exploraremos la historia de las campañas antidrogas, su impacto real en la población y, en el caso específico del fentanilo, si esta campaña está destinada a ser un cambio real o simplemente un mensaje vacío más.

 

Te interesará leer: Sheinbaum destaca difusión de campaña antidrogas tras sorpresiva publicación de Trump

 

"Guerra contra las Drogas" en Estados Unidos

 

Iniciada por Richard Nixon en 1971 fue una respuesta a la creciente adicción y criminalidad asociada con el consumo de drogas en Estados Unidos. Nixon declaró a las drogas como el "enemigo público número uno" y estableció programas para controlar la adicción, incluyendo la creación de la Drug Enforcement Administration (DEA) en 1973

 

Aunque inicialmente hubo reducciones en la criminalidad en algunas ciudades, el impacto a largo plazo fue limitado. Mientras que, el gasto en la guerra contra las drogas aumentó sin lograr reducir el consumo de drogas de manera sustancial.

 

Operación Cóndor en México

 

Entre 1975 y 1976, México, liderado en ese entonces por el mandato de José López Portillo, llevó a cabo la Operación Cóndor, una campaña promovida para erradicar cultivos de marihuana y amapola en Sinaloa y así reducir el tráfico de estupefacientes hacia el país vecino.

 

Asimismo, fue una de las primeras operaciones conjuntas con Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico.

 

 

 

Sin embargo, la operación fue criticada por su enfoque militarizado y por no lograr reducir la producción de drogas en la región. Por lo que se consideró un fracaso en términos de capturas importantes y reducción del tráfico.

 

Campaña "Just Say No"

 

Iniciada en la década de 1980 durante la presidencia de Ronald Reagan, esta campaña buscaba concienciar a los jóvenes sobre los peligros del consumo de drogas y a su vez promover un estilo de vida saludable.

 

En tanto, fue liderada por la primera dama Nancy Reagan y se centró en un enfoque simple y directo: "Just Say No" (Simplemente Di No).

 

Y aunque aumentó la conciencia sobre el tema, no hubo una reducción significativa en el consumo de drogas entre los jóvenes. Por lo que la campaña fue criticada por su simplicidad y falta de profundidad en el abordaje del problema.

 

 

 

Programa D.A.R.E. (Drug Abuse Resistance Education) (Educación Preventiva Contra el Consumo de Drogas) en EU

 

D.A.R.E. es un programa educativo que inició en 1983 y se centra en enseñar a los niños y jóvenes a resistir el consumo de drogas.

 

Sus objetivos fueron educar a los jóvenes sobre los riesgos del consumo de drogas y fomentar habilidades para resistir la presión social.

 

No obstante, estudios han mostrado que D.A.R.E. no ha tenido un impacto significativo en la reducción del consumo de drogas entre los jóvenes. Y se ha criticado por su enfoque demasiado simplista y por no abordar las causas del consumo.

 

 

 

¿Realmente han ayudado? ¿Hay un cambio?

 

El principal objetivo de las campañas antidrogas es, o al menos debería ser, crear conciencia en la población sobre los peligros de las drogas y reducir su consumo. Sin embargo, ya con los datos expuestos y con base en estudios sobre la eficacia de las campañas, se ha demostrado que muchas de ellas no logran sus objetivos.

 

Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) encontró que las campañas de miedo, que presentan imágenes de personas sufriendo debido a las drogas, a menudo tienen el efecto contrario, es decir, incrementan la curiosidad en lugar de disminuirla.

 

Actualmente, en el caso del fentanilo, el problema radica en que esta droga es sumamente peligrosa y adictiva en dosis mínimas, por lo que la conciencia sobre su letalidad podría no ser suficiente. Además, el acceso fácil y barato a estas sustancias en el mercado negro hace que la información por sí sola no sea capaz de cambiar comportamientos que por décadas han sido arraigados.

 

De hecho, algunos expertos sugieren que lo que realmente se necesita no es solo la creación de conciencia, sino un enfoque multifacético que incluya educación, tratamiento de adicciones y políticas más estrictas sobre el control de la venta de precursores químicos. Mientras que otros sugieren que una alternativa más efectiva podría ser la despenalización de las drogas, la inversión en programas de tratamiento de adicciones y un enfoque más centrado en la rehabilitación y prevención.

 

Finalmente, lo que es claro es que para hacer frente a las amenazas como el fentanilo, se necesita un enfoque más integral y menos centrado en el simple hecho de dar información. Las soluciones deben abarcar desde el tratamiento de las adicciones hasta la mejora de las políticas públicas y la cooperación internacional.

Notas Relacionadas