
La gripe aviar H5N1 alcanzó un nivel de propagación sin precedentes esta temporada, causando la muerte de cientos de millones de aves en todo el mundo y comenzando a afectar a un número cada vez mayor de mamíferos.
Hace un mes, la Organización de Alimentos y Agricultura (FAO) de las Naciones Unidas alertó sobre el impacto que tendría este virus, no solo en la salud pública, sino también en la seguridad alimentaria global. Godfrey Magwenzi, director general adjunto de la FAO, advirtió que la crisis podría generar "repercusiones graves en el suministro de alimentos, la pérdida de nutrientes esenciales, empleos y economías locales, además de un aumento en los costos para los consumidores".
En Estados Unidos, por ejemplo, el precio de los huevos alcanzó cifras récord en febrero tras el sacrificio de 166 millones de aves, en su mayoría gallinas ponedoras. Desde 2021, al menos 300 especies de aves salvajes han sido afectadas, convirtiéndose en una amenaza para la biodiversidad.
El virus también comenzó a infectar mamíferos, lo que alarmó a la comunidad científica. Pierre Bessière, virólogo de la Escuela Nacional Veterinaria de Toulouse, explicó a Medscape que la propagación en animales como el ganado facilita mutaciones que podrían aumentar su peligrosidad para los humanos.
Hasta ahora, el H5N1 provoca síntomas leves en personas, como fiebre, tos y conjuntivitis; sin embargo, este año se registró la primera muerte en Estados Unidos por esta gripe, mientras que en Canadá una niña infectada con la variante D1.1 estuvo en estado crítico durante dos meses.
Finalmente, Bessière comentó que, desde 1918, se registraron cuatro pandemias causadas por virus de gripe aviar y que el H5N1 posee las características necesarias para adquirir potencial pandémico.
En el caso de la paciente canadiense, el virus mostró mutaciones preocupantes, aunque no llegó a transmitirse a otras personas. "Así es como comienzan las epidemias y, eventualmente, las pandemias. Evitar la transmisión de humano a humano es clave", aseguró Bessière.