
A partir del 29 de marzo, la venta de comida chatarra en las escuelas será prohibida en todo el país. Esta medida forma parte del programa nacional "Vive Saludable, Vive Feliz", impulsado por la presidenta Claudia Sheinbaum, cuyo objetivo es combatir la obesidad infantil y fomentar hábitos saludables entre los estudiantes.
Este cambio en las políticas educativas llega en un contexto donde estudios recientes indican que 37% de los niños en México padecen sobrepeso u obesidad, un problema que afecta la salud de la población infantil. De acuerdo con del gobierno, se espera que esta medida tenga un impacto positivo no solo en las escuelas, sino también en los hogares de los estudiantes, donde comienza el desafío de fomentar una alimentación equilibrada.
Sin embargo, en este sentido surge una pregunta importante: ¿cómo se regularán los alimentos que los niños traen desde casa? Dado que es un tema relevante en la lucha por una alimentación más saludable.
Sarahí Valdez, maestra de preescolar en el Colegio del Carmen en Cholula, nos compartió su experiencia al respecto. En entrevista para Imagen Poblana, dijo que la institución no cuenta con una tienda, cooperativa ni comedor, y las indicaciones a los padres han sido claras: reducir el consumo de productos chatarra en los almuerzos que los niños llevan a la escuela, pero desde mucho antes de este programa, no recién acordadas estas medidas.
“Hasta ahora lo que sabemos es que será prohibida la venta de productos chatarra, pero aquí de por sí no se vende”, comentó Valdez. No obstante, indicó que desde ciclos anteriores, los tutores han sido instruidos a modificar algunos de los alimentos que los niños llevan, como las galletas, los jugos azucarados y otros productos procesados. Dado que, a pesar de que no poseen normas estrictas de revisar los alimentos, lo hacen para dar seguimiento oportuno a la alimentación.
“A veces los niños traen solo jugos o agua de sabor, y les pedimos que cambien por agua natural. También hemos notado que muchos llevan yogurt todos los días de la semana, y les sugerimos que varíen su lunch”, explicó.
Además, Sarahí menciona que los padres han recibido instrucciones no solo sobre el consumo de productos chatarra, sino también sobre la variedad de la dieta de los niños. “Algunos niños llevan huevo toda la semana como lunch, y les pedimos que cambien un poco, para tener una dieta más balanceada”.
Finalmente, aseguró que, aunque la escuela hace un esfuerzo por educar y guiar a los padres, algunos no logran hacer los cambios necesarios, aunque dijo que también se muestran flexibles dado que comprenden que pueda estar relacionado a otros factores que no estén en sus manos, como pueden ser económicos.
En tanto, dijo no creer que esto represente un reto adicional, dado que, según su experiencia estas recomendaciones han actuado desde hace ya mucho tiempo atrás y esto solo sería un refuerzo y mejor control sobre la salud de los menores.
El programa "Vive Saludable, Vive Feliz" también está enfocado en promover la actividad física y garantizar la detección temprana de problemas de salud. El programa incluirá, entre otras acciones, la creación de expedientes electrónicos de salud para los estudiantes, donde se registrarán datos de su salud física y mental, así como evaluaciones de visión y salud bucal. Además, brigadas de salud visitarán las escuelas para monitorear el bienestar de los niños.
Por lo tanto, es un paso importante para abordar los problemas de salud pública relacionados con la obesidad infantil, pero también revela la necesidad de una colaboración activa entre autoridades educativas, maestros y padres para garantizar que los hábitos alimenticios de los niños se mantengan saludables no solo en la escuela, sino también en el hogar. La tarea de cambiar los hábitos alimenticios de la población infantil está lejos de ser fácil, pero es esencial para garantizar el bienestar de las futuras generaciones.