Actualmente, en el mundo se viven varios conflictos armados y tensiones geopolíticas que alcanzan niveles alarmantes, por lo que mucha gente se ha preguntado si habría un lugar donde esconderse en caso de que estalle un nuevo conflicto mundial.
Mientras Ucrania continúa en una guerra sin fin contra Rusia, Oriente Medio sigue ardiendo con los ataques de Israel y las potencias nucleares están llevando a cabo pruebas con armamento de destrucción masiva, un remoto rincón de Argentina se está convirtiendo en un refugio para quienes temen lo peor.
En medio de las montañas de Mendoza, a más de 1,200 kilómetros de Buenos Aires, ha surgido un proyecto de autosuficiencia llamado “Santuario Wamani”. Este lugar, creado por el empresario Martín Varsavsky, combina lo mejor de la tecnología moderna con técnicas ancestrales de supervivencia, ofreciendo lo que muchos consideran el “búnker perfecto” ante un eventual apocalipsis nuclear.
De acuerdo con los expertos, Argentina es un país interesante, no solo por su baja densidad poblacional y su abundancia de recursos naturales, sino porque guarda una gran distancia con los blancos estratégicos en caso de una guerra. Pero Wamani va más allá, ya que cuenta con sistemas de energía renovable, cultivos sostenibles, reservas de agua y una infraestructura especialmente diseñada para funcionar de manera aislada al mundo.
El proyecto llamó la atención de ecologistas y altos funcionarios del gobierno, incluyendo al presidente argentino Javier Milei, convirtiéndose en un símbolo de la cultura “prepper” a nivel mundial.
Ante la posibilidad real de que se desate un nuevo conflicto armado a escala internacional, lugares como Wamani representan una “póliza de seguro geográfica”. Ya sea como medida de precaución o como ejercicio filosófico sobre la fragilidad de nuestra civilización, este santuario es un recordatorio de que en la era nuclear se necesita un plan de contingencia.
