
Detectar una mentira no es tarea fácil, pero tanto la inteligencia artificial como la sicología han identificado patrones que podrían ayudar a desenmascarar a quienes no dicen la verdad. Según ChatGPT, las personas que mienten con frecuencia suelen recurrir a frases como “honestamente”, “créeme”, “te lo juro”, “yo nunca haría eso”, “como ya te dije”, “para serte sincero”, “eso no tiene sentido”, “no me acuerdo”, “¿por qué mentiría?”, “eso es todo lo que sé”. al inicio o final de sus oraciones, y aunque estas expresiones no son pruebas concluyentes por sí solas, pueden formar parte de un patrón más amplio cuando se combinan con otros indicadores, como la evasión de detalles concretos o inconsistencias en la narrativa.
La inteligencia artificial también señala que el engaño se refuerza con señales no verbales, como evitar el contacto visual, cambios en el tono de voz, pausas prolongadas o respuestas excesivamente defensivas. Estos son comportamientos comunes en quienes intentan ocultar la verdad, y la combinación de estos elementos verbales y no verbales puede ser clave para identificar si alguien está mintiendo.
La sicología ha dedicado décadas a estudiar el fenómeno de la mentira. Paul Ekman, sicólogo de la Universidad de California y experto en emociones, destaca que las microexpresiones faciales son indicadores importantes. Estas expresiones duran apenas una fracción de segundo, pero revelan emociones ocultas como miedo, culpa o incomodidad, y suelen no coincidir con el mensaje verbal.
Un estudio publicado en la revista Sychological Bulletin, liderado por la sicóloga Bella DePaulo, analizó más de 100 investigaciones sobre el comportamiento de los mentirosos. Los resultados mostraron que quienes mienten tienden a ofrecer menos detalles, hablar de manera menos fluida, cometer errores al expresarse y presentar un discurso más estructurado pero menos natural.
Por su parte, Aldert Vrij, profesor de Psicología en la Universidad de Portsmouth, enfatiza en su libro Detecting Lies and Deceit que el lenguaje corporal también ofrece pistas valiosas. Los mentirosos suelen evitar o forzar el contacto visual, repetir frases para ganar tiempo y limitar sus movimientos corporales. Sin embargo, los expertos coinciden en que ninguna señal es concluyente por sí sola.
Aunque herramientas como ChatGPT pueden ofrecer respuestas rápidas y sugerencias útiles, no están diseñadas para reemplazar a los profesionales de la salud mental. Este modelo de lenguaje, desarrollado por OpenAI, procesa texto y genera respuestas basadas en patrones estadísticos, pero carece de conciencia, criterio clínico y experiencia humana.
El trabajo de un sicólogo va más allá de dar consejos, ya que implica evaluar el estado emocional, cognitivo y conductual de una persona, establecer diagnósticos y aplicar tratamientos basados en evidencia científica. Estas tareas requieren formación especializada, supervisión clínica y una comprensión profunda del contexto personal y social del paciente.
Usar ChatGPT como sustituto de la sicoterapia puede generar confusión o respuestas poco precisas, e incluso resultar perjudicial si se interpreta erróneamente la información. Aunque el sistema puede simular una conversación empática o sugerir prácticas generales de bienestar, no puede ofrecer una intervención adecuada ante cuadros como la depresión, la ansiedad, el trauma o las crisis emocionales.
En casos de malestar sicológico, la recomendación más segura y responsable es acudir a un sicólogo o siquiatra acreditado. La inteligencia artificial puede ser una herramienta complementaria, pero nunca un reemplazo para el cuidado profesional y humano que requiere la salud mental.