El auge de los taxis “pirata” en Puebla y el riesgo creciente para los usuarios

El auge de los taxis “pirata” en Puebla y el riesgo creciente para los usuarios

Foto: Enfoque

En los últimos años, los taxis “pirata” han comenzado a ser un tema de creciente preocupación en Puebla y su zona conurbada. Estos vehículos de transporte ilegal no cuentan con la concesión necesaria para operar como un servicio de transporte público, lo que les coloca en una zona gris en cuanto a regulación, seguridad y control. 

 

Aunque los este tipo de taxis han existido durante décadas, su proliferación y la falta de acciones contundentes para erradicarlos se han convertido en un problema serio para las autoridades y, sobre todo, para los ciudadanos que recurren a ellos por la comodidad o la necesidad de un servicio rápido.

 

¿Qué son los taxis “pirata”?

 

Se trata de aquellos vehículos que prestan servicios de transporte público sin contar con las licencias y permisos establecidos por las autoridades, en este caso, la Secretaría de Movilidad y Transporte del Estado de Puebla.

 

A diferencia de los taxis legales, estos vehículos no están registrados ante las autoridades de tránsito ni tienen una tarifa oficial o un sistema de seguridad reglamentario. Esto implica que no se garantizan las mínimas condiciones de seguridad para los pasajeros, que van desde la integridad del vehículo hasta la capacitación de los conductores.

 

En la ciudad de Puebla y su zona conurbada, operan en diversas áreas clave, donde se concentra la demanda de transporte, pero no se dan abasto las unidades que cubren el derrotero.

 

Algunos de los puntos más comunes de base son las inmediaciones de plazas comerciales como Periplaza, sobre Periférico Ecológico y 7 Sur; la Vía Atlixcáyotl a la altura de Lomas de Angelópolis; la 22 Norte y la 14 Oriente, en San Andrés Cholula; la Autopista México-Puebla y el Periférico, en Cuautlancingo; y las inmediaciones del Bulevar Carmelitas.

 

No obstante, las autoridades de Movilidad y Transporte han detectado que este tipo de servicio ya se ofrece desde plataformas clandestinas de sitios de taxi establecidos, abarcando plazas comerciales y parques industriales.

 

Se estima que la presencia de este tipo de vehículos tiene al menos una década en la capital y zona conurbada, pero se sabe que era una práctica frecuente en municipios del interior del estado, donde camionetas o camiones de carga, hacen este tipo de traslados como si fueran unidades del transporte público.

 

Una de las características que permiten identificar a los taxis pirata es la falta de elementos distintivos, como la unidad pintada en los colores oficiales y las placas de identificación. Los conductores suelen ser menos exigentes con el trato a los pasajeros, buscando principalmente viajeros que estén dispuestos a aceptar un precio negociado.

 

Dependiendo del tramo, la tarifa a pagar va de los 10 a los 30 pesos, costo menor al que podría cobrar un taxi convencional o de plataforma. Sin embargo, tras los operativos que iniciaron el jueves en Lomas de Angelópolis, quienes continuaron brindando el servicio, aumentaron la tarifa a 40 pesos, argumentando “que se estaban poniendo en riesgo”.

 

 

Uno de los riesgos más grandes de tomar un taxi pirata es la seguridad. Estos vehículos no están sometidos a los mismos controles rigurosos que los taxis autorizados. Esto significa que no tienen inspecciones periódicas para asegurar que estén en condiciones óptimas para operar, ni se les exige un seguro de responsabilidad civil que proteja a los usuarios en caso de accidente. 

 

El mantenimiento de estos autos suele ser deficiente, lo que aumenta la posibilidad de fallas mecánicas o accidentes. Otro riesgo importante es la seguridad personal. Los taxis pirata no están regulados por ninguna autoridad, lo que implica que los conductores no tienen la misma verificación de antecedentes penales que los conductores de taxis formales. 

 

Esto abre la puerta a potenciales delitos como robos, secuestros o agresiones físicas hacia los pasajeros. Las autoridades han registrado varios casos de usuarios que han sido víctimas de abuso o extorsión por parte de conductores de estos vehículos ilegales.

 

El aumento de los taxis pirata en Puebla se debe, en gran medida, a la falta de cobertura en algunas zonas por parte del transporte público formal y la creciente demanda de servicios rápidos y económicos. 

 

Los altos costos de los taxis legales, junto con la saturación del transporte público tradicional, han creado una oportunidad para los conductores que deciden operar sin las concesiones correspondientes. Pero los factores socioeconómicos también juegan un papel importante en la proliferación de este tipo de transporte. 

 

Muchos conductores de taxis pirata lo ven como una alternativa para ganar dinero, ya que el ingreso es inmediato y, en muchos casos, no requieren una inversión inicial significativa como sí lo harían los conductores de taxis autorizados, que deben cumplir con ciertas normas y regulaciones.

 

A pesar de que la problemática de los taxis pirata ha sido reconocida por las autoridades municipales y estatales, la solución no es sencilla. El control del transporte público en la ciudad de Puebla es un tema complejo que involucra diferentes actores y regulaciones. 

 

 

Aunque pocas, ocasionalmente se han implementado campañas de concientización para que los usuarios dejen de recurrir a estos servicios informales. Sin embargo, los resultados son limitados y la lucha contra los taxis pirata sigue siendo uno de los mayores retos en términos de seguridad vial en la capital poblana.

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