El oscuro mundo del K-pop y sus estrellas

El oscuro mundo del K-pop y sus estrellas

Foto: Freepik

Luego de que se diera a conocer el fallecimiento del cantante surcoreano Choi Wheesung, quien habría sido hallado muerto en su apartamento en Seúl, el mundo del K-pop está de luto nuevamente. Sin embargo, este incidente se suma a una serie de pérdidas que ha sufrido el mundo de la música pop surcoreana en los últimos años, lo que deja en evidencia las constantes presiones y el ciberacoso que sufren estas estrellas musicales.

 

Wheesung falleció a los 40 años y fue una figura destacada en la música surcoreana, pero su carrera se vio empañada hace tres años tras ser declarado culpable de uso de Propofol, un poderoso sedante. Las autoridades lo condenaron a un año en prisión, pero fue suspendida durante dos años, convirtiéndose en un blanco para el ciberacoso.

 

 

En 2019, la cantante y actriz Sulli, de 25 años, fue hallada muerta en su apartamento bajo circunstancias que indicaban suicidio. Sulli debutó como actriz a los 11 años, y más tarde se unió al grupo f(x), donde sufrió de ciberacoso por parte los seguidores del grupo durante mucho tiempo después de que se diera a conocer que mantenía una relación con el cantante Choiza.

 

La cantante Kim Sae-ron, de 24 años, fue hallada muerta en su domicilio en febrero de este año luego de recibir una oleada de ciberacoso tras haber sido sorprendida conduciendo bajo los efectos del alcohol en 2022, lo que llevó a la cancelación de varios de sus proyectos.

 

 

Moon Bin, de 25 años, integrante del grupo Astro y del dúo Moonbin & Sanha, también fue hallado muerto en su casa en 2023. Fue considerado como uno de los mejores nuevos artistas del K-pop por la revista Billboard en 2016, pero las presiones de esta industria altamente competitiva le exigieron demasiado.

 

 

El K-pop se ha convertido en un fenómeno mundial, conquistando a millones de seguidores en muchos países. Sin embargo, sus estrellas luchan constantemente contra el estrés, la ansiedad y el ciberacoso en una sociedad surcoreana que, además de idolatrar a sus celebridades, las convierte en un ejemplo a seguir, sometiéndolas a un escrutinio impecable.

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