
La libertad de expresión es el pilar sobre el que se construyen las sociedades democráticas, pero, en la era digital, esta libertad se enfrenta a nuevos desafíos. Con el Día Mundial contra la Censura en Internet, marcado este 12 de marzo, es momento de reflexionar sobre cómo proteger este derecho esencial mientras se evita que se convierta en un instrumento de odio o violencia.
Libertad de expresión en internet: un derecho con límites
La libertad de expresión es un derecho fundamental protegido por diversas normativas internacionales y nacionales. En el ámbito digital, este derecho permite a los usuarios compartir opiniones, información y participar en debates. No obstante, este derecho no es absoluto y puede estar sujeto a restricciones, especialmente cuando el contenido compartido infringe normas establecidas.
En México, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos garantiza la libertad de expresión, pero también establece límites para proteger otros derechos y el orden público. Por ejemplo, el Código Penal Federal tipifica delitos como la difamación, la calumnia y el discurso de odio.
Otros límites a la libertad de expresión en internet
La libertad de expresión en internet enfrenta varios límites que buscan equilibrar este derecho con otros fundamentales. En primer lugar, la seguridad nacional y el orden público son razones comunes para restringir la libertad de expresión. Esto incluye la prevención de la violencia o el terrorismo, ya que es importante proteger a la sociedad de amenazas reales que puedan surgir de ciertos discursos.
Además, los derechos al honor y la intimidad también limitan la libertad de expresión, donde las redes sociales y plataformas deben encontrar un equilibrio entre el derecho a compartir contenidos y la necesidad de respetar los derechos de autor.
La incitación al odio, la violencia o la discriminación no están protegidas por la libertad de expresión. Las plataformas digitales tienen políticas específicas para eliminar este tipo de contenido, ya que es esencial prevenir que internet se convierta en un medio para promover el daño o la discriminación.
¿Cuándo la libertad de expresión se convierte en ataque o discurso de odio?
Respecto a ese último punto, la línea entre una expresión legítima y un discurso de odio puede ser difusa. Se considera discurso de odio aquel que incita violencia, discriminación o hostilidad contra individuos o grupos basados en características como raza, religión, orientación sexual, entre otras.
Los discursos de odio tienen consecuencias reales en la salud mental de las personas afectadas, promoviendo la exclusión y la intolerancia. Además, pueden deshumanizar a los grupos vulnerables y justificar la vulneración de sus derechos. Algunos ejemplos son los discursos de odio en redes sociales contra la comunidad LGBTQ+, que en México han aumentado 40% en los últimos cuatro años, mientras que los mensajes de apoyo han disminuido un 41%.
Asimismo, el Instituto Nacional Electoral ha documentado cómo la violencia política contra las mujeres en México se manifiesta en línea a través de discursos cargados de noticias falsas y misoginia.