El Día Internacional de la Mujer, celebrado cada 8 de marzo, es una oportunidad para reflexionar sobre los avances y desafíos en materia de igualdad de género. En Puebla, la implementación de la Alerta de Género prometió abordar la violencia contra las mujeres. Sin embargo, ¿ha logrado reducir esta violencia y garantizar el acceso a la justicia para las víctimas?
La Alerta de Violencia de Género (AVGM) es un conjunto de acciones gubernamentales de emergencia diseñadas para enfrentar y erradicar la violencia feminicida en un territorio determinado. En Puebla, esta declaratoria se emitió el 8 de abril de 2019 para 50 municipios.
En ella, el gobierno estatal diseñó un Plan de Acción que incluye medidas de prevención, seguridad y justicia para abordar la violencia de género. Este plan, actualizado anualmente, procura mantener un enfoque en fortalecer la coordinación y la implementación de acciones específicas.
No obstante, las cifras indican que estos esfuerzos no han sido suficientes para erradicar la violencia. Las estadísticas reflejan una persistencia preocupante de feminicidios en la región:
- Puebla se encuentra entre los estados con mayor incidencia de feminicidios en México. En 2019, se reportó que el estado ocupaba el tercer lugar nacional en feminicidios de niñas y adolescentes.
- Mientras que, en 2024, la Fiscalía de Puebla reportó un esclarecimiento entre 70 y 80 % de los feminicidios registrados, lo que sugiere avances en la persecución penal, pero no necesariamente en la prevención.
Asimismo, en el reporte de acceso a la justicia, la eficacia de la Alerta también se mide por la capacidad del sistema judicial para procesar y sancionar los delitos de género:
- El gobierno estatal reconoció 103 feminicidios.
- Organizaciones civiles reportaron 241 casos en el mismo periodo.
- Solo se dictaron tres sentencias condenatorias.
Esta discrepancia resalta la brecha entre las denuncias y las sanciones efectivas.
En conclusión, podemos afirmar que, si bien la Alerta de Violencia de Género en Puebla ha sido un paso crucial hacia la erradicación de la violencia feminicida, su efectividad depende de la continuidad y fortalecimiento de las acciones implementadas. Aunque ha mejorado el acceso a la justicia, aún hay un largo camino por recorrer para garantizar que las mujeres puedan vivir libres de violencia.
