La tos ferina, enfermedad grave que ha resurgido, todo por falta de vacunación

La tos ferina, enfermedad grave que ha resurgido, todo por falta de vacunación

Foto: Freepik

Desde los años 70, la tos ferina dejó de ser un problema de salud pública importante en muchos países, gracias a la introducción y la amplia adopción de la vacuna. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un resurgimiento debido a una combinación de factores, incluyendo la disminución de la inmunidad en la población adulta, la variabilidad de la bacteria y la disminución en las tasas de vacunación.

 

La tos ferina es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Afecta a personas de cualquier edad, pero es más grave en los bebés menores de 6 meses y en las personas con sistemas inmunitarios debilitados. Esta tos puede ser tan severa que puede llevar a la pérdida de la conciencia en bebés y niños pequeños, lo que puede resultar en complicaciones graves como convulsiones o daño cerebral.

 

Esta enfermedad se transmite a través de gotas respiratorias que se propagan cuando una persona infectada tose o estornuda. La bacteria puede sobrevivir en superficies y objetos durante un tiempo, lo que facilita su transmisión.

 

Los síntomas de la tos ferina pueden variar dependiendo de la edad y la salud de la persona afectada, van desde tos seca y persistentetos convulsiva y vómitos después de la tos, hasta fiebre, fatiga, estornudos, moco nasal espeso y verde o amarillo y respiración acelerada o dificultosa

 

Algunos estudios reconocen tres fases de esta infección, aunque a veces su curso puede ser menos típico:

 

Fase catarral: durante esta fase, los síntomas son similares a los de un resfriado común, con tos, estornudos y congestión nasal, además es la más contagiosa y dura entre 1 y 2 semanas.

 

Fase paroxística: en esta fase, la tos se vuelve más intensa y convulsiva, con episodios de tos que pueden durar varios minutos. Aparecen síntomas clásicos de la tos ferina como tos brusca y repetitiva que, con frecuencia, provocan vómitos; en recién nacidos, prematuros y lactantes menores de 2 meses, pueden aparecer episodios de pausas respiratorias y la fiebre y la dificultad respiratoria son muy poco frecuentes

 

Fase de recuperación: en esta fase, los síntomas comienzan a disminuir y la persona afectada comienza a recuperarse, aunque pueden empeorar otra vez con nuevas infecciones respiratorias.

 

El diagnóstico de la tos ferina se lleva a cabo mediante una combinación de síntomas clínicos y pruebas de laboratorio, como la PCR (reacción en cadena de la polimerasa) o la serología. En lactantes y niños no vacunados que presentan un cuadro de tos típico, es clínica y relativamente sencillo de diagnosticar. Pero no lo es tanto en niños vacunados o en adolescentes o adultos en los que el cuadro clínico de tos no es característico.

 

Para combatir esta enfermedad es necesario el uso de antibióticos. Asimismo, se receta el uso de medicamentos para aliviar los síntomas, como la tos y la fiebre, además de reposo e hidratación para ayudar a la recuperación.

 

¿Se puede prevenir?

 

La prevención de la tos ferina es fundamental para evitar la transmisión de la enfermedad. Las medidas de prevención incluyen:

 

Vacunación: la vacuna contra la tos ferina es la mejor forma de prevenir la enfermedad.

 

Higiene: lavarse las manos frecuentemente y evitar el contacto cercano con personas enfermas.

 

Evitar la propagación: cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, y evitar compartir objetos personales.

 

La tos ferina es una enfermedad grave que puede tener complicaciones serias, en caso de presentar síntomas es fundamental buscar atención médica de manera inmediata.

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