
El cuidado de la salud femenina es un proceso que evoluciona con la edad, pero siempre hay formas de fortalecerlo con hábitos sencillos. Las múltiples responsabilidades diarias, como el trabajo, la familia o el hogar, pueden hacer que el autocuidado quede en segundo plano. Sin embargo, retomar el bienestar debe ser una prioridad en cualquier etapa de la vida.
Prevención y chequeos: Herramientas esenciales para una vida saludable
Los exámenes médicos y la prevención son pilares fundamentales para la salud femenina. Las vacunas ayudan a evitar enfermedades prevenibles, mientras que los chequeos de detección permiten identificar padecimientos en etapas tempranas.
Mantenerse al día con vacunas como la del COVID-19, la hepatitis B, el virus del papiloma humano (VPH), la influenza y la Tdap es fundamental para la salud femenina. "Las mujeres deben mantenerse al día con sus vacunas, sin importar su edad", señala a NotiPress laespecialista en enfermedades infecciosas del Hospital Houston Methodist, Ashley Drews. "Un médico de atención primaria puede recomendar el esquema de vacunación adecuado según la edad y otros factores de riesgo, incluyendo la vacuna anual contra la gripe", agrega.
Además de la inmunización, la detección temprana del cáncer es clave. Exámenes como la mamografía, la prueba de Papanicolaou y la colonoscopía permiten identificar células precancerosas antes de que la enfermedad avance. "Los chequeos de detección de cáncer son una parte fundamental de la medicina preventiva para las mujeres", enfatiza Drews.
Los tres tipos de cáncer con mayor mortalidad en mujeres en Estados Unidos son el de pulmón, el de mama y el colorrectal. Para reducir riesgos, se recomienda realizarse una mamografía a partir de los 40 años, una colonoscopía desde los 45 años y pruebas regulares de Papanicolaou entre los 21 y 65 años.
Hábitos saludables para fortalecer el bienestar
El autocuidado es un componente esencial de la salud femenina. La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define como "la capacidad de los individuos, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y afrontar enfermedades y discapacidades, con o sin el apoyo de un profesional de la salud".
Una alimentación equilibrada es clave para prevenir enfermedades crónicas. Consumir verduras, frutas, proteínas magras y grasas saludables reduce el riesgo de padecimientos cardiovasculares. La dieta mediterránea, recomendada por especialistas, es un ejemplo de alimentación balanceada con beneficios antiinflamatorios.
La actividad física es otro pilar del bienestar. La Asociación Americana del Corazón recomienda al menos 150 minutos semanales de ejercicio moderado, junto con entrenamientos de fuerza dos veces por semana. Encontrar una actividad placentera, como caminar, nadar o practicar yoga, puede ayudar a mantener la constancia.
Dormir bien es igualmente fundamental. Un descanso adecuado fortalece el sistema inmunológico, regula el estado de ánimo y mejora el rendimiento cognitivo. Mantener un horario regular para dormir y despertar puede mejorar la calidad del sueño.
Muchas mujeres suelen postergar sus consultas médicas al priorizar el bienestar de los demás. Sin embargo, los chequeos regulares son clave para detectar y prevenir enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes y los problemas renales.
"Las mujeres suelen cuidar bien de los demás, a veces a costa de su propia salud", advierte Drews. "Darnos tiempo para priorizar nuestro bienestar no solo nos ayuda a vivir más, sino a vivir mejor", afirma.
Contar con un médico de confianza y acudir a revisiones periódicas permite llevar un control adecuado de la presión arterial, el colesterol y los niveles de azúcar en sangre. Evitar el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y el uso de drogas también contribuye a prevenir enfermedades de largo plazo. (Notipress)