
Durante el partido entre los equipos Teldecosta CD y Arena Futboltec CD del Grupo 2 de Segunda Regional de Gran Canaria, en España, un escenario de violencia y caos dejaron a las árbitras Michelle Santan, Carely María Barrios y Elena Valdivieso en una situación de extrema vulnerabilidad. Lo que se supone que sería una muestra de deportividad se convirtió en un infierno para las colegiadas, quienes tuvieron que refugiarse en el vestuario ante el riesgo de ser agredidas.
Todo comenzó al minuto 7 del partido, cuando un jugador del Teldecosta fue expulsado y uno de sus compañeros agredió a un rival, lo que desencadenó una pelea entre los jugadores de ambos equipos. “Al ver que peligraba nuestra integridad, decidimos retirarnos rápidamente del terreno de juego”, explicaron en el acta arbitral.
El partido entre Teldecosta CD y Arena Futboltec CD fue suspendido tras incidentes violentos en el minuto 77. Las árbitras se encerraron en su vestuario, amenazadas por jugadores. La Policía llegó tras 10 minutos. ¿Qué medidas se deben tomar para garantizar la seguridad en el f… pic.twitter.com/y1Hvd3WDVS
— desopinion.com (@Desopinioncom) February 24, 2025
Sin embargo, al regresar al campo se dieron cuenta que la situación era aún más grave, pues alrededor de 20 personas más habían invadido el terreno de juego y la violencia se había descontrolado. Tras darse cuenta que la multitud las buscaba, volvieron corriendo al vestuario mientras tanto los jugadores como los aficionados las insultaban y amenazaban. “Las vamos a matar, hijas de puta”, gritaban, según relataron en el acta.
Aunque la puerta no tenía llave, las colegiadas lograron mantenerla cerrada con un palo de mopa que estaba ahí dentro. “Venga, abran hijas de puta, que las vamos a reventar, zorras”, amenazaron los jugadores.
Durante aproximadamente 10 minutos, el entrenador y el ayudante del equipo cuidaron la puerta hasta que llegara la policía, pero para entonces, los jugadores y los aficionados ya habían abandonado el recinto deportivo.
Este episodio dejó en evidencia la falta de respeto hacia las autoridades futbolísticas y la falta de garantías sobre la seguridad de los involucrados. Tras vivir esta traumática experiencia, las tres árbitras dejaron constancia de los hechos en el acta arbitral, por lo que ahora se espera que el caso se investigue y se sancione a los responsables.