![“Eliminación total”, el objetivo de EU que no ha cumplido en otros países](https://imagenpoblana.com//medios/diario/20250207/272273_large.jpg)
Tras la firma de la orden ejecutiva en la que Donald Trump declaraba a los cárteles de la droga como organizaciones terroristas, la Fiscalía General de los Estadios Unidos emitió un memorando interno llamado "Eliminación total de los cárteles y organizaciones criminales de carácter transnacional".
Esta acción está enfocada en eliminar a los líderes de estas organizaciones, enjuiciar a quienes cometan delitos contra los Estados Unidos y desmantelar completamente las redes criminales transnacionales.
En este contexto, ¿se puede decir que Estados Unidos ha eliminado a grupos terroristas? ¿cuál ha sido el alcance e impacto de esta medida en el pasado?
En respuesta al primer cuestionamiento, los Estados Unidos no han eliminado totalmente a los grupos terroristas. Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, el gobierno estadounidense encabezó una lucha frontal contra estas organizaciones; sin embargo, aún están presentes en diversas partes del mundo.
Por ejemplo, el Estado Islámico, conocido como ISIS, continúa siendo una amenaza global a pesar de haber perdido territorio en Irak y Siria, y aunque su control territorial ha disminuido significativamente desde su pico en 2014, sigue manteniendo una presencia significativa en varios países como Nigeria, Mali, Mozambique, Somalia, Egipto, Siria e Irak. Además, ISIS ha demostrado ser capaz de adaptarse y evolucionar, utilizando sofisticadas tácticas de reclutamiento y propaganda en las redes sociales para atraer a nuevos miembros y difundir su ideología.
Después de la captura y muerte de su líder, Osama bin Laden, muchos pensaron que la organización terrorista de Al Qaeda, habría sido por fin eliminada de la faz de la Tierra. Pero no fue así. No obstante, desde que el Estado Islámico se autonombró como la organización yihadista global más importante, gran parte de la red internacional de AQ ha decaído, aunque algunos analistas han asegurado que la guerra de Gaza ha dado un impulso a la organización.
Fue derrocado del poder en Afganistán en 2001, pero el Talibán volvió a la cabeza del país y ha lanzado ataques contra las fuerzas de seguridad afganas y estadounidenses. Recientemente los talibanes negaron que la base aérea de Bagram esté en poder de China, como lo afirmó Donald Trump, y han descartado cualquier posibilidad de que este lugar vuelva a ser controlado por Washington, después de que el grupo se hiciera con el control de Afganistán en agosto de 2021 en pleno repliegue de las tropas internacionales.
Hamás es clasificada como organización terrorista por Alemania, la Unión Europea, Estados Unidos y otros países. Sin embargo, no ha podido ser eliminada. Incluso, en el marco de la guerra en la Franja de Gaza, Israel anunció extinguirla, sin poder conseguirlo.
La guerra contra el terrorismo ha tenido consecuencias significativas en varios países. Una de las principales ha sido el éxodo masivo de refugiados de países afectados por la guerra, como Afganistán, Irak y Siria, hacia Europa y otras regiones de Asia. Además de que muchas ciudades han quedado destruidas durante los ataques y maniobras militares, ha provocado la inestabilidad política en varios países.
Pero quizás la consecuencia más grave son las pérdidas humanas. La guerra contra el terrorismo ha tenido un costo humano devastador. Según diversas estimaciones, la guerra ha causado la muerte de millones de civiles, incluyendo mujeres, niños y ancianos, que han sido atrapados en el fuego cruzado o han sido víctimas de ataques aéreos, bombardeos y otros actos de violencia.
Predecir que México correría el mismo destino que otros países sería muy aventurado, tomando en cuenta el contexto de su funcionamiento. Y es que, aunque ambos, son considerados grupos criminales, existen algunas diferencias clave entre ellos, lo que impactaría de forma distinta.
En primera instancia el objetivo de las organizaciones terroristas es lograr cambios políticos, religiosos o ideológicos a través de la violencia y el terror, mientras que los cárteles de la droga buscan obtener beneficios económicos a través del tráfico y la venta de drogas ilegales.
Las organizaciones terroristas suelen tener una estructura más descentralizada y flexible, con células autónomas que pueden operar de manera independiente, mientras que los cárteles tienen una estructura más jerárquica y centralizada, con un líder o grupo de líderes que toman decisiones y controlan las operaciones. Es decir, no cuentan con simpatizantes y adeptos en todo el mundo, en comparación con los grupos terroristas.
Y aunque la guerra de los cárteles ha sido reconocida como un serio problema para la seguridad en México, así como el tráfico de drogas a la Unión Americana, la postura de la presidenta Claudia Sheinbaum ha sido de defender la soberanía y no aceptar medidas que comprometan la seguridad y la integridad del país.