Es público y notorio que la señora presidente Claudia Sheinbaum no tiene un partido político que la acompañe y la arrope.
Morena sigue en manos de su antecesor, quien lo dirige a través de su hijo “Andy” –mi tocayazo de mi vidaza-- López Beltrán y por Luisa María Alcalde, quien solo presta su bonita cara al organismo.
Se ha visto en el último centenar de días. Son los gobernadores quienes pagan desplegados de apoyo a esto y aquello que dice o hace la jefa del Ejecutivo Federal. La dirigencia del Movimiento lopezobradorista no imprime ni siquiera un mísero volante.
Por lo anterior no resulta raro que la actual diputada federal Gabriela Jiménez –a quien Sheinbaum quería como vicecoordinadora de la mayoría guinda en San Lázaro, junto con Alfonso Ramírez Cuéllar al frente, pero…-- ya entregara al INE para que su organización Que Siga la Democracia alcance el rango de partido político.
Uno más entre los cuales Morena está fragmentando a las oposiciones.
Pero este de la diputada Jiménez bien pudiera ser el que esté impulsando la presidente para su sostén.
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El muy leído columnista Raymundo Riva Palacio escribió ayer sobre las supuestas similitudes que algunos han encontrado entre las “mañaneras” mexicanas y los renovados briefings de prensa de la vocera de la Casa Blanca.
Para distinguir una de la otra el colega expuso en su columna titulada “República Bananera” que en la de Karolyne Leavitt habría youtuberos e influencers, pero no “… payasos de circo como los que tenían López Obrador y Ramírez Cuevas, que tiraban miel al presidente de manera obscena, eran zalameros hasta la ridiculez, y diariamente ejercían su derecho a la estupidez. Por ejemplo, personajes como Carlos Pozos, que renació como ‘Lord Molécula’… “
Pues que cree usted, como si hubiera sido una provocación, Pozos aceptó el reto y ya presentó, “con todo éxito”, dijo él, su solicitud en la oficina de Leavitt.
Ya nada más falta que lo acepten. Y que encuentre un patrocinador para su estancia en la capital imperial.
¿Sería “Chucho” Ramírez incrustándolo en la nómina gubernamental?
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Esta vez no se le cayeron las bolitas a Gerardo Fernández Noroña, organizador por segunda ocasión de la divertida tómbola senatorial con la que el Legislativo se agandalló facultades constitucionales del Poder Judicial.
En medio de la desesperación por cumplirle al patrón que supuestamente está en Palenque, adelantaron un día la instalación del casino.
Y en las prisas, con el habitual retardo que caracteriza a los legisladores mexicanos, empezaron el sorteo.
Todo iba bien hasta que confundieron de género a uno de los solicitantes de inscripción al proceso electoral.
Le asignaron femenino al aspirante José Isabel, omitiendo el primero de los nombres.
¡Vaya! Ni siquiera porque durante su infancia veían al ya desaparecido “Chabelo”.
Y por tal, tuvieron que catifaxear las listas de los afortunados.
@AndySKBrown1