La IA divide a los cinéfilos y pone en duda a este favorito al Oscar

La IA divide a los cinéfilos y pone en duda a este favorito al Oscar

Foto: Andrew Lauren Productions

A medida que se acercan las nominaciones a los Premios Oscar, la película “The Brutalist” causó revuelo en la industria cinematográfica. Dirigida por Brady Corbet y protagonizada por Adrien Brody, esta obra que retrata la vida de un arquitecto húngaro sobreviviente del Holocausto había sido aclamada por su guion y dirección, convirtiéndola en una de las principales contendientes para la temporada de premios. Sin embargo, la reciente revelación de que la película utilizó Inteligencia Artificial (IA) en su producción abrió un debate sobre la autenticidad y el futuro del cine.

 

De acuerdo al sitio QueVer, el editor de la película, Dávid Jancsó, compartió en una entrevista con RedShark News los detalles del uso de la IA. La primera aplicación de esta tecnología fue para mejorar las pronunciaciones en húngaro de los actores, un desafío considerable dado lo complicado del idioma para los angloparlantes. A pesar de los intentos iniciales por emplear técnicas tradicionales de reemplazo de diálogo (ADR), no se logró el nivel de autenticidad deseado, por lo que la IA se convirtió en la solución definitiva. Jancsó explicó que, aunque Brody tiene raíces húngaras, la precisión necesaria para el papel solo pudo alcanzarse con el apoyo tecnológico.

 

 

Además de la corrección lingüística, la película utilizó la IA para perfeccionar los acentos de Brody y otros actores, lo que suscitó opiniones divididas. Aunque el equipo asegura que los propios actores estuvieron involucrados en el proceso, la integración de la tecnología en estos aspectos sutiles de la actuación generó desconcierto, incluso algunos expertos en cine argumentan que la intervención de la IA en las voces de los actores despoja a la película de su carácter humano, un aspecto clave en una historia centrada en la lucha personal y creativa del protagonista.

 

El uso más polémico de la IA en “The Brutalist” ocurrió al final, durante una secuencia que presenta dibujos arquitectónicos y diseños del protagonista, László Tóth. La decisión de crear estos elementos visuales mediante inteligencia artificial desató una oleada de críticas, con puristas del cine argumentando que una obra que explora la creatividad humana debería haber confiado exclusivamente en el talento artístico.

 

 

Sin embargo, otra película que se perfila como una de las favoritas de la temporada de premios, “Emilia Pérez”, también recurrió a la IA. En este caso, se utilizó el software Respeecher, que permite replicar voces a través de esta tecnología, y aunque se desconoce con exactitud en qué medida fue utilizado, la aparición de esta tecnología en el cine alimentó el debate sobre el futuro de la actuación y la creación cinematográfica.

 

A raíz de estas revelaciones, las redes sociales se inundaron de discusiones apasionadas, con muchos retirando su apoyo a la película. Algunos incluso sugirieron que la Academia debería descalificar a Adrien Brody de la contienda por el Oscar a Mejor Actor, destacando que otros actores, como Timothée Chalamet, se prepararon para sus papeles sin recurrir a herramientas tecnológicas. Para muchos, la autenticidad de una actuación debe provenir de un esfuerzo humano genuino y no de la intervención de la IA.

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