En el auge por los autos eléctricos en México, Puebla se encuentra en el foco de atención tras el anuncio del gobierno federal de que el estado será sede de Olinia, la primera armadora mexicana de vehículos 100% eléctricos. Este proyecto no solo simboliza un paso hacia la movilidad sustentable, sino que también refuerza el papel de Puebla como un referente en la industria automotriz. Pero, ¿cómo perciben los poblanos este cambio hacia la sustentabilidad? ¿Realmente estarían dispuestos a hacer este cambio? y ¿qué tanto conocen acerca de las posibles ventajas y desventajas de adoptar este tipo de transporte?
Te interesará leer: Los factores que hacen de Puebla un lugar atractivo para la industria automotriz
En un sondeo llevado a cabo por Imagen Poblana a diversos conductores poblanos, nos respondieron lo siguiente.
Aldo Guerrero afirmó que no cambiaría su auto de combustible por uno eléctrico en el corto plazo. Argumentó que la falta de refacciones y el alto costo de mantenimiento son factores clave para esta decisión. Aunque reconoce que los vehículos eléctricos son una ventaja para el medioambiente, señaló que no son aptos para viajes largos debido a la limitada infraestructura de carga en el país. “Se necesitaría mayor infraestructura y que fuera más sostenible”, comentó.
Por otro lado, Ayté Morales mencionó que sí estaría dispuesta a cambiar su auto por uno eléctrico, principalmente por la cuestión ambiental y el alto costo de la gasolina. Sin embargo, destacó que las opciones disponibles en el mercado actual son pequeñas y poco adecuadas para viajes largos. También señaló que existe una falta de cultura respecto al uso de los espacios de carga, ya que muchas veces son invadidos por vehículos no eléctricos. Además, resaltó que cargar un auto en casa requiere de baterías específicas, lo que implica un gasto adicional.
.jpg)
Vivian de la Cruz compartió que el costo de los autos eléctricos sigue siendo una barrera importante. A pesar de que podría representar un ahorro en gasolina, mencionó que los recibos de luz podrían dispararse al cargar el vehículo en casa, especialmente en temporadas de alto consumo. “Finalmente, el costo termina siendo el mismo”, opinó.
En contraste, Luis Cordero, un transportista, consideró que la transición a vehículos eléctricos podría beneficiar a su sector, permitiéndole ahorrar en combustible y contribuir al cuidado del medioambiente. “La ciudad ha estado muy contaminada; siento que eso sería un buen factor para cambiar”, afirmó.
Los retos para Puebla y la visión a futuro
Aunque la llegada de Olinia representa un avance significativo, también pone en evidencia los desafíos que enfrenta el estado para adoptar plenamente la movilidad eléctrica. La falta de infraestructura adecuada, como estaciones de carga suficientes y accesibles, así como la educación ciudadana sobre su uso, son barreras que deben superarse.
El costo de los vehículos eléctricos y sus refacciones también limita su accesibilidad para la mayoría de la población. Además, la posibilidad de cargar los autos desde casa plantea preguntas sobre el impacto en las facturas de electricidad y la necesidad de adecuar los hogares con tecnologías especializadas.
Definitivamente, la transición hacia la movilidad eléctrica representa una oportunidad para reducir la huella de carbono, fomentar la innovación y fortalecer la economía local. Sin embargo, el éxito de esta iniciativa dependerá en gran medida de la colaboración entre el gobierno, la industria y la sociedad para superar los retos actuales.
Puebla, con su historia en la industria automotriz, parece estar en el camino correcto. La pregunta ahora es si los ciudadanos están listos para abrazar este cambio hacia un futuro más sustentable.
