Vivimos rodeados de productos y objetos que, aunque muchos de ellos parecen inofensivos, contienen sustancias químicas tóxicas que pueden ser altamente dañinas para nuestra salud. Desde el aire que respiramos hasta los alimentos que consumimos, las exposiciones diarias a químicos peligrosos no siempre son evidentes. Por ello, en Imagen Poblana hicimos un recuento de este tipo de sustancias que estamos inhalando, tocando y consumiendo a lo largo del día, sin darnos cuenta de su potencial destructivo.
El aire en nuestros hogares y oficinas
Uno de los principales focos de exposición a sustancias tóxicas es el aire que respiramos. De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 4.2 millones de personas mueren cada año debido a la contaminación del aire en interiores Esto se debe, en gran medida, a la presencia de compuestos orgánicos volátiles (COV), como el benceno y el formaldehído, que emiten productos de limpieza, pinturas y muebles nuevos. El benceno, por ejemplo, está clasificado como un carcinógeno humano conocido, mientras que el formaldehído puede causar irritaciones respiratorias y está vinculado con el cáncer.
El uso de productos de limpieza
Los productos de limpieza, aunque útiles para mantener nuestros espacios en orden, también contienen sustancias peligrosas. Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Bergen en Noruega, el uso frecuente de productos de limpieza puede ser tan dañino como fumar 20 cigarrillos al día. Sustancias como el amoníaco, el cloro y los ftalatos presentes en muchos limpiadores de hogar están relacionados con enfermedades respiratorias, afecciones dérmicas y hasta alteraciones hormonales.
Alimentos con pesticidas
No solo el aire y los productos de limpieza son peligrosos; la comida que consumimos también puede ser una fuente de exposición a sustancias tóxicas. La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) reporta que 85% de los alimentos frescos que consumimos están contaminados con al menos un tipo de pesticida. Aunque la mayoría de estos productos está dentro de los límites permitidos por las regulaciones, la exposición continua a largo plazo puede generar efectos adversos como alteraciones hormonales y mayor riesgo de cáncer. Frutas y verduras como las fresas, manzanas y uvas son especialmente susceptibles a la contaminación por pesticidas.
El plástico
Los productos plásticos, comunes tanto en el hogar como en el lugar de trabajo, también contienen químicos dañinos. El Bisfenol A (BPA), un compuesto utilizado en la fabricación de plásticos y resinas, está presente en botellas de plástico, recipientes de alimentos y hasta en el revestimiento de latas. Según un informe del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental, el BPA puede alterar el sistema endocrino, afectando la producción de hormonas y aumentando el riesgo de enfermedades como diabetes y obesidad. La exposición al BPA es especialmente peligrosa en niños y mujeres embarazadas.
Cosméticos y productos de cuidado personal
En la mayoría de los productos de cuidado personal, como cremas, champús, perfumes y desodorantes, también se esconden químicos dañinos. Muchos cosméticos contienen parabenos, que son conservantes que se utilizan para prolongar la vida útil de los productos, pero que están relacionados con el cáncer de mama y problemas reproductivos. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) señaló que aunque la exposición diaria a estos compuestos puede ser mínima, el uso constante de productos que los contienen puede tener un impacto acumulativo en la salud a largo plazo.
Riesgos en el lugar de trabajo
En muchos entornos laborales, los trabajadores están expuestos a sustancias químicas en su día a día. Desde la pintura en aerosol y los disolventes industriales hasta los productos de limpieza y las partículas en el aire, los riesgos son diversos. La Occupational Safety and Health Administration (OSHA) en Estados Unidos reporta que más de 650,000 trabajadores están expuestos a sustancias peligrosas en el lugar de trabajo, lo que podría resultar en enfermedades pulmonares, intoxicaciones agudas y problemas a largo plazo como el cáncer.