Año nuevo, ¿vida nueva? Cuando la procrastinación arruina los propósitos

Año nuevo, ¿vida nueva? Cuando la procrastinación arruina los propósitos

Foto: Freepik

La frase "Año Nuevo, vida nueva" resume los deseos, propósitos y sentimientos de muchas personas que buscan un cambio y renovación en su vida. Sin embargo, con el paso de los días, estos comienzan a desvanecerse; la rutina diaria y los hábitos antiguos vuelven a tomar el control, y los propósitos de Año Nuevo quedan en el olvido.

 

Existen varios factores por los cuales muchas personas no cumplen con estos buenos deseos. Uno de ellos es la procrastinación, un gran obstáculo para alcanzar los propósitos de Año Nuevo. La procrastinación es el hábito de posponer o retrasar tareas, decisiones o acciones, a menudo de manera repetida y crónica. Esto puede llevar a una pérdida de tiempo, oportunidades y productividad, y puede generar sentimientos de culpaansiedad y estrés.

 

La procrastinación puede manifestarse de diferentes maneras, como posponer tareas importantes hasta el último minuto, enfocarse en tareas menos importantes o urgentes, perder tiempo en actividades distractoras, evitar tomar decisiones importantes, sentirse abrumado por una tarea y no saber por dónde empezar. Pero no solo se trata de posponer tareas o actividades concretas en términos de eficiencia, sino también de aplazar decisiones en temas más trascendentes, lo que puede tener consecuencias graves, como el retraso de una revisión médica.

 

Sicólogos expertos en el tema aseguran que la procrastinación es un obstáculo significativo para cumplir metas cuando se convierte en un hábito constante, ya que se vuelve un comportamiento automático que impacta la toma de decisiones, tanto académicas como laborales y personales.

 

A largo plazo, este hábito puede afectar la autoestima y la autoeficacia, ya que las personas que se perciben como procrastinadoras pueden sentirse incapaces de controlar sus propias vidas en ningún ámbito. Esto ocurre porque no establecen metas claras, tienen miedo al fracaso, enfrentan dificultades para enfocarse o presentan problemas de tiempo y organización.

 

Existen muchos consejos para que las personas dejen de procrastinar. Sin embargo, es importante reconocer que este hábito puede ser modificado con estrategias y técnicas adecuadas, implementadas por un especialista o con mucha fuerza de voluntad, enfoque y determinación por parte de la persona afectada.

 

Entre los consejos más prácticos para enfrentar la procrastinación están: establecer metas realistas y alcanzables, generar rutinas que ayuden a entrenar la mente para enfocarse en tareas específicas en momentos designados, eliminar e identificar distracciones para mantener la concentración, practicar la autorreflexión para desarrollar estrategias personalizadas y superar la postergación, y establecer sistemas de recompensa después de alcanzar metas específicas.

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