
Cada año, The Economist elige al “país del año”, un reconocimiento no para el lugar más rico, feliz o virtuoso, sino para el que más ha mejorado en los últimos 12 meses. En 2023, el galardón fue otorgado a Grecia por salir de una prolongada crisis financiera y reelegir a un gobierno centrista comprometido con la estabilidad. Sin embargo, la edición 2024 tuvo como ganador a Bangladesh, destacando entre otros finalistas por sus avances políticos y democráticos.
El reconocimiento a Bangladesh llegó tras un año de transformaciones importantes. En agosto, varias protestas masivas lideradas por estudiantes forzaron la destitución de Sheikh Hasina, quien gobernó durante 15 años. Aunque en sus inicios impulsó el crecimiento económico del país, con el tiempo se volvió represiva, manipulando elecciones, encarcelando opositores y permitiendo la corrupción a gran escala.
Previous winners include Colombia (for ending a civil war), Ukraine (for resisting an unprovoked invasion) and Malawi (for democratising). Discover which country has won in 2024: https://t.co/Omk7PXWQ13
— The Economist (@TheEconomist) December 20, 2024
Illustration: Ryan Chapman pic.twitter.com/qFCAO6O68n
Ahora, Bangladesh está liderado por un gobierno tecnocrático encabezado por el Nobel de la Paz Muhammad Yunus, quien cuenta con el respaldo de estudiantes, el ejército, empresarios y la sociedad civil. Bajo su liderazgo, se restauró el orden, se estabilizó la economía y se sentaron las bases para una transición más democrática. Aunque el país enfrenta retos importantes como la amenaza del extremismo islámico y la relación con India, los avances actuales son motivo de esperanza.
El subcampeón de este año fue Siria, que también logró un cambio histórico al derrocar a Bashar al-Assad, uno de los dictadores más brutales de la época moderna. Durante 50 años, su régimen reprimió al país con violencia extrema, llegó a su fin en diciembre. Sin embargo, el futuro es incierto, ya que el grupo rebelde más poderoso, Hayat Tahrir al-Sham, ahora controla gran parte del territorio, y su pasado de vínculos con al-Qaeda genera preocupación por un posible regreso a la autocracia.
Bangladeshis are celebrating the end of an autocrat’s reign. Now the caretaker leader, Muhammad Yunus, needs to try to rebuild democracy. Bangladesh matters; it must not be allowed to fail https://t.co/RuUmm7TLqu pic.twitter.com/5orobnvWaa
— The Economist (@TheEconomist) August 8, 2024
Otros finalistas incluyeron a Polonia, donde el gobierno de Donald Tusk comenzó la difícil tarea de reparar los daños institucionales causados por su predecesor, el partido Ley y Justicia. Tusk fortaleció la posición de Polonia en Europa, aunque sigue enfrentando tensiones con Alemania.
Por otra parte, Sudáfrica marcó un hito al romper con la mayoría parlamentaria del Congreso Nacional Africano, dando paso a una coalición de gobierno que busca remediar años de corrupción y estancamiento económico. Finalmente, Argentina dio un giro radical bajo la presidencia de Javier Milei, quien implementó reformas de libre mercado que lograron reducir la inflación y estimular el crecimiento económico, aunque el apoyo público a estas medidas sigue siendo frágil.