Cada año miles de familias consideran incluir una mascota como parte de los regalos en las celebraciones navideñas, sobre todo a los más pequeños del hogar. Muchos niños piden con ilusión un cachorro o un gatito bajo el árbol, y algunos adultos ceden ante la emoción del momento, creyendo que una mascota será el obsequio perfecto. Sin embargo, esta elección, aparentemente inocente, puede tener consecuencias devastadoras tanto para las familias como para los animales.
Regalar una mascota no es simplemente un acto de amor, implica comprometerse con años de cuidado, dedicación y gastos económicos. Y cuando esa responsabilidad no se asume con seriedad, el desenlace suele ser el abandono, un problema que sigue creciendo cada año.
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Una responsabilidad que muchos no consideran
Los primeros meses suelen estar llenos de entusiasmo, pero cuando la realidad de cuidar a un animal se impone, muchas familias se dan cuenta de que no están preparadas para asumir esta responsabilidad.
Los gastos básicos incluyen alimentación, vacunas, desparasitaciones, visitas al veterinario y artículos como camas, correas o juguetes. En promedio, mantener a una mascota puede representar entre 1,500 y 4,000 pesos mensuales, dependiendo del tamaño y las necesidades del animal. Además, se deben considerar situaciones inesperadas, como enfermedades o accidentes, que pueden generar gastos mayores.
Abandono, los números de una triste consecuencia
Hay aproximadamente 28 millones de perros en México, de los cuales 70% está en situación de calle y cerca de 500,000 perros y gatos son abandonados al año en el país, de acuerdo con datos de la Asociación Mexicana de Médicos Veterinarios Especialistas en Pequeñas Especies (AMMVEPE).
Y de acuerdo con la Fundación Affinity, 67% de los animales que está en refugios podría provenir del abandono tras haber sido el obsequio de las familias en las fiestas decembrinas.
Alternativas responsables
Una de las mejores formas de evitar el abandono de animales es educar a los niños sobre lo que implica tener una mascota. Enseñarles que los animales no son regalos ni objetos que se desechan cuando dejan de ser “novedosos” es clave para formar generaciones más responsables.
Sin embargo, si el deseo de incorporar a una mascota a la familia es genuino, considerar la adopción puede ser una excelente opción. En refugios y albergues hay miles de animales esperando un hogar donde puedan ser amados y cuidados. Además, adoptar es una forma de ayudar a combatir el problema del abandono.
Sin embargo, es importante recalcar que la adopción también debe hacerse con responsabilidad. Antes de tomar esta decisión, la familia debe analizar si está lista para comprometerse a cuidar de un animal durante los próximos 10 o 15 años.
En conclusión, durante la Navidad, las personas suelen emocionarse con el espíritu 
festivo y tomar decisiones impulsivas, como regalar mascotas sin considerar las consecuencias. Esto puede enviar un mensaje equivocado a los niños, quienes podrían ver a los animales como juguetes y no como seres vivos que necesitan cuidado y respeto.
Una mascota no es un juguete, sino un ser vivo que merece respeto, cuidado y amor. Si no existe el compromiso de ofrecerle una vida digna, es mejor optar por otro tipo de obsequio.
