Una nueva crisis sanitaria se avecina en el Congo y seguimos sin saber el origen del COVID-19

Una nueva crisis sanitaria se avecina en el Congo y seguimos sin saber el origen del COVID-19

Foto: FreePik

Actualmente, la República Democrática del Congo (RDC) se enfrenta a una nueva crisis sanitaria que ya ha cobrado al menos 71 vidas, según las autoridades locales, aunque algunos informes sugieren que el número de fallecidos podría superar los 140. Esta enfermedad respiratoria infecciosa, aún desconocida, ha despertado la preocupación internacional, en particular de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha enviado un equipo de expertos al lugar para ayudar en su diagnóstico.

 

Este brote en el Congo recuerda a la comunidad internacional los peligros de las enfermedades zoonóticas, puesto que se ha planteado como teoría; es decir, aquellas que se transmiten de animales a humanos, y la rapidez con que pueden transformarse en emergencias globales. Aunque los expertos aún no han confirmado si este brote guarda relación con el COVID-19 o si tiene algún vínculo con otros virus respiratorios emergentes, las similitudes en la rapidez de propagación han generado comparaciones con la pandemia que azotó al mundo en 2019.

 

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En el caso del COVID-19, el origen del virus SARS-CoV-2 sigue siendo un misterio. A cinco años del inicio de la pandemia, las investigaciones continúan, pero las teorías sobre su origen siguen siendo diversas.

 

El origen zoonótico: el paso de animales a humanos

 

La teoría más ampliamente aceptada desde el inicio de la pandemia es que el SARS-CoV-2 tiene un origen zoonótico, es decir, que se originó en animales y luego fue transmitido a los seres humanos. Esta teoría se basa en los antecedentes de otros coronavirus, como el SARS (síndrome respiratorio agudo grave) y el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio), que también fueron causados por virus originados en animales, específicamente murciélagos, y luego transmitidos a los humanos a través de animales intermediarios como civetas o camellos.

 

 

 

 

En el caso del COVID-19, el principal sospechoso ha sido el murciélago, conocido por ser el reservorio de varios coronavirus. Sin embargo, aún no se ha confirmado si los murciélagos fueron el único intermediario o si el virus pasó a los humanos a través de otro animal, como un pangolín. El mercado de Huanan en Wuhan, donde se vendían animales vivos, fue inicialmente señalado como el lugar donde ocurrió el "salto" del virus a los humanos, aunque estudios posteriores han cuestionado esta hipótesis, ya que no todos los primeros casos de COVID-19 estuvieron relacionados con este mercado.

 

Teoría del laboratorio: ¿escape accidental?

 

Desde los primeros meses de la pandemia, ha existido una teoría alternativa que sugiere que el SARS-CoV-2 podría haber escapado de un laboratorio en Wuhan, en particular del Instituto de Virología de Wuhan (WIV). Esta teoría ha sido defendida por algunos científicos y políticos, aunque hasta la fecha no ha sido comprobada de manera concluyente. La Organización Mundial de la Salud (OMS) llevó a cabo una investigación inicial en 2021 y concluyó que la hipótesis de un escape de laboratorio era "extremadamente improbable", aunque el organismo reconoció que era necesario continuar con las investigaciones.

 

 

La posibilidad de un origen en múltiples puntos: el "salto" simultáneo

 

Una hipótesis menos discutida, pero igualmente interesante, es la de que el SARS-CoV-2 podría haberse originado en varios lugares al mismo tiempo, o al menos en varios puntos geográficos cercanos. Este escenario sugiere que el virus pudo haber circulado entre poblaciones animales en diversas regiones de China antes de ser detectado en los humanos. De ser cierto, esta teoría implicaría que el virus estuvo circulando de manera silenciosa antes de ser identificado en Wuhan, lo que explicaría por qué no se sabe con exactitud el primer caso humano.

 

Teoría de la evolución en humanos: ¿mutación natural?

 

En una versión más reciente de las discusiones científicas, algunos expertos plantean que el SARS-CoV-2 podría haber mutado de manera natural dentro de una población humana a partir de un virus originado en animales, pero sin la intervención de un animal intermediario directo. Según esta hipótesis, el virus pudo haber estado presente en los humanos durante un periodo prolongado, mutando y adaptándose poco a poco hasta convertirse en una amenaza para la salud pública.

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