Aunque públicamente apenas lo ha hecho notar, la señora Claudia Sheinbaum es la primera víctima de violencia.
Su violentador es, claro, López Obrador.
No la deja ser presidente de la República.
La tiene secuestrada en el torbellino de sus caprichos.
Maniatada por un gabinete presidencial que responde a las órdenes que provienen de “La Chingada”.
Amordazada por los dos coordinadores de las Cámaras del Congreso de la Unión.
Ese “apenas” fue harto visible cuando el Senado reeligió a Rosario Piedra al frente de la CNDH.
Sheinbaum trató de meter las manos en favor de su candidata, pero su secuestrador le dio severo manotazo y ordenó a sus alfiles Adán López y Ricardo Monreal que empujaran, hasta con métodos mafiosos, a quien él quería, no a la candidata de doña Claudia.
Este lunes se llevó a cabo la jornada mundial para eliminar la violencia en contra de las mujeres. Y la señora Sheinbaum apenas si se percató de su limitada y hasta violada libertad de acción.
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Aún resuena el eco de los aplausos que tirios y troyanos brindaron a Omar García por su, aparentemente, exitosa operación a la que bautizaron como “Enjambre”.
Aparentemente, sí, porque habría que recordar que en el sexenio de Felipe Calderón se llevó a cabo un operativo similar, al que se conoció como “michoacanazo”, y la mayoría de los alcaldes aprehendidos obtuvieron su libertad al paso de los meses porque las acusaciones carecían de elementos probatorios.
En ese “enjambre, empero, hay más zánganos y abejas.
Lo hace notar el arquitecto Mario González, hijo de general y experto en seguridad pública:
“En el plan de seguridad de García Harfuch se menciona la inteligencia, investigación y coordinación, pero carece de una estrategia integral; sin embargo, por algo se empieza.
“Falta mucho más por hacer. La 'operación enjambre' fue solo para funcionarios de bajo nivel, son charales; hay que elevar las miras hacia los tiburones de aguas profundas. No hay que echar cohetes, pero peor es nada y por algo se empieza.
“Porque si bien la 'operación enjambre' se realizó en el Edomex como parte de la ZMCM, en el resto de las 73 Zonas Metropolitanas no hay ni siquiera diagnósticos situacionales reales por cuadrante, sector, zona, polígono, municipio, región o estado. No habrá recursos humanos y materiales suficientes para realizar operativos simultáneamente que deben empezar desde los altos niveles políticos, coludidos con gobiernos estatales, municipales y sectores empresariales para bloquear el ilegal financiamiento y lavado de dinero.
“O sea, falta talento, imaginación, inteligencia y voluntad política.”
Nada más que añadir.
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Las zonas metropolitanas de Culiacán y Villahermosa, por cierto, se han dejado a la mano de Dios… y de Morena.
“Sin querer queriendo”, como decía el cómico, Luisa María Alcalde –otra víctima de violencia en contra de la mujer-- quien aparentemente es la lideresa del Movimiento de AMLO y de su hijín “Andy”, lo dejó claro hace un par de días cuando le preguntaron por la situación del controversial gobernador Rubén Rocha Moya.
“Tiene el apoyo de la presidente y de Morena”, dijo sin siquiera sonrojarse.
¿Y el apoyo popular? ¿El de los gobernados?
De ese no dijo ni pío, porque evidentemente Rocha Moya ya lo perdió desde el momento mismo en el que Estados Unidos se llevó a Ismael “El Mayo” Zambada, lo que ha desatado una violencia sin igual en la capital sinaloense que también mantiene secuestrada a la población.
¿Está en la misma situación el tabasqueño Javier May o, como se ha visto, a él no lo apoya Morena?
@AndySKBrown1