El AT&T Stadium, hogar de los Dallas Cowboys y símbolo de la modernidad en la NFL, se vio envuelto en un incidente que puso en duda la seguridad y diseño del mismo. Horas antes del partido contra los Houston Texans por la Semana 11 de la temporada 2024-2025, una sección del techo retráctil del estadio se desprendió y cayó al campo de juego.
Aunque no se registraron heridos, el suceso obligó a cerrar el techo, el cual había permanecido abierto desde 2022. “Podemos confirmar que un pedazo de metal se soltó y cayó al campo de juego con algunos escombros pequeños adicionales mientras éste se abría. No hubo heridos”, aclaró el equipo en un comunicado.
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— MLFootball (@_MLFootball) November 19, 2024
The massive piece of sheet metal falling from the top of AT&T stadium… was literally just a couple feet away from potentially killing multiple people by the field.
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The 2024 Dallas #Cowboys. Disaster.pic.twitter.com/p0qhjHW7ZX
Jerry Jones, propietario de los Cowboys, atribuyó este incidente a los fuertes vientos que azotan la región de Dallas-Fort Worth y aseguró que toda la estructura será sometida a una revisión exhaustiva. Sin embargo, este evento no ha sido el único motivo por el que el AT&T Stadium ha recibido críticas, ya que hace unos días, el jugador CeeDee Lamb señaló que el brillo del sol, causado por la falta de cortinas en las enormes ventanas, afectó su rendimiento en el juego.
Este incidente causó todo tipo de comentarios en redes sociales, donde los usuarios, con sarcasmo, se burlaron del estadio cuyo costó superó los 1,300 millones de dólares, dejando en evidencia la necesidad de priorizar el mantenimiento preventivo.
Mientras tanto, los Cowboys atraviesan una mala racha, acumulando un récord de 3-8 tras la derrota frente a los Texans. Además, la ausencia de su quarterback estrella, Dak Prescott, y los problemas deportivos y estructurales, pusieron a esta, la franquicia más valiosa del mundo de la NFL, bajo la mirada de los seguidores y detractores.
Ahora, el AT&T Stadium y los Dallas Cowboys también deberán lidiar con la presión de una afición cada vez más frustrada, que no solo exige un estadio de primer nivel, sino también resultados en el terreno de juego.