La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) inició este 11 de noviembre en Bakú, Azerbaiyán; es la cumbre climática que año con año aborda la lucha contra el cambio climático.
Durante la cita mundial, los líderes han insistido en la necesidad de cooperación para hacer un mundo más verde y mitigar el calentamiento global. Además, han señalado la necesidad de aumentar la financiación y dotar de mayores herramientas a los países para mejorar la mitigación de emisiones y la adaptación a los embates cada vez más catastróficos del clima.
Muchos han sido los esfuerzos para combatir este serio problema, pero aun con todas las herramientas tecnológicas y de información, las personas comunes suelen pensar que las grandes empresas y la industria son los principales responsables de las emisiones de CO₂ y del cambio climático. Sin embargo, es importante reconocer que las acciones diarias y estilos de vida de cada uno tienen un impacto significativo en las emisiones de gases de efecto invernadero.
La huella de carbono se refiere a la cantidad total de gases de efecto invernadero que se emiten como resultado de las actividades humanas, incluyendo el transporte, el consumo de energía, la alimentación, el uso de productos y servicios, entre otros.
¿Qué acciones comunes producen CO₂?
La huella de carbono diaria representa la cantidad total de emisiones de CO₂ derivadas de nuestras actividades cotidianas, que contribuyen al cambio climático y al calentamiento global.
Dentro de estas acciones cotidianas que producen CO₂ destacan:
- Conducir un automóvil: La quema de gasolina o diésel para propulsar un vehículo produce CO₂.
- Uso de energía eléctrica: Si la electricidad proviene de fuentes de combustibles fósiles, su uso en hogares y negocios produce CO₂.
- Cocinar con gas: La quema de gas natural para cocinar libera CO₂.
- Calentar agua: Calentar agua con energía eléctrica o gas produce CO₂.
- Residuos en descomposición: La descomposición de residuos en vertederos produce metano, que se oxida en CO₂.
- Uso de productos y servicios: La producción, transporte y uso de productos y servicios requieren energía y recursos, lo que a menudo implica emisiones de CO₂.
- Viajes en avión: Los vuelos generan significativas emisiones de CO₂ debido a la quema de combustible de aviación.
- Uso de electrodomésticos: Los electrodomésticos y dispositivos electrónicos consumen energía y, si se produce con combustibles fósiles, contribuyen a las emisiones de CO₂.
- Calefacción y refrigeración: Los sistemas de calefacción y refrigeración, especialmente los que utilizan combustibles fósiles o electricidad generada a partir de ellos, emiten CO₂.
- Alimentos de origen animal: Especialmente las carnes rojas, los productos lácteos y los crustáceos de piscifactoría, se asocian habitualmente con las mayores tasas de emisión de gases de efecto invernadero, debido a sus procesos de producción.
¿Cómo podemos calcular nuestra huella de carbono?
Existen diversas aplicaciones que nos ayudan a calcular las emisiones de CO₂ que generamos en torno a nuestros hábitos diarios. Algunas aplican preguntas muy sencillas y otras abordan temas más complejos.
Una de estas aplicaciones es la de Greenpeace, que mediante la calculadora de emisiones y un test bastante sencillo (que no te obliga a emplear más de dos minutos para responderlo), te proporciona al final la cantidad de kilogramos que generas al año y su equivalente al número de árboles que se cortarían en ese mismo lapso de tiempo, en base a nuestras acciones cotidianas.
El test concluye con un mensaje que señala que "cada compra que haces, cada decisión sobre tu alimentación o el transporte que usas, impacta positiva o negativamente al mundo, y si no hacemos conciencia, preservar nuestro planeta y las especies que viven en él será extremadamente difícil".