Una investigación multidisciplinaria publicada en The Breast, reveló que en el fresco titulado “El Diluvio” de la Capilla Sixtina, Miguel Ángel podría haber retratado a una joven con características de lo que podría ser cáncer de mama, lo que algunos consideran que podría ser un homenaje a su madre.
La investigación “¿Pintó Miguel Ángel a una mujer adulta joven con cáncer de mama en ‘El Diluvio’?" estuvo a cargo del patólogo Andreas G. Nerlich, y sugiere que el pintor plasmó signos específicos de esta enfermedad en una figura femenina que aparece en el lado derecho de la obra.
El equipo de investigadores estuvo conformado por especialistas en historia del arte, medicina y patología, quienes centraron su análisis en una mujer joven que presenta anomalías. Este detalle suscitó varias dudas entre los expertos, especulando que gracias a que el artista participó en autopsias durante su juventud, se familiarizó con la anatomía humana y le permitió capturar con precisión las características patológicas.
...Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos. (Génesis 7).
— Inma (@isl1965) June 9, 2022
Nunca es mal momento para hablar de Miguel Ángel y sus frescos en la Sixtina. Este detalle del Diluvio Universal es una maravilla. (sigue) pic.twitter.com/t8cXNn9LQx
De acuerdo con el estudio, el pecho derecho de la mujer presenta signos de carcinoma de mama, con un pezón retraído y deformado; además de las protuberancias que sugieren ganglios linfáticos inflamados. Por medio del método de iconodiagnóstico, los investigadores pudieron concluir que estas representaciones son propias del cáncer de mama, por lo que pudieron descartar otras afecciones.
El análisis de la obra plantea que existe una conexión emocional entre el niño que llora detrás de la mujer y el caballo que los observa, siendo referencias a la historia de Miguel Ángel. Se cree que el artista representó a su madre, Francesca del Sera, quien falleció a los 30 años cuando él solo tenía cinco. Esto explicaría el bisturí que sostiene el niño y que representa el contacto temprano que tuvo con la anatomía y la muerte.
De confirmarse esta hipótesis, esto brindaría una nueva comprensión de esta obra, destacando cómo la enfermedad y la pérdida podrían haberse integrado en un arte en un sentido profundamente personal.
